Una cantidad aún no determinada de los centenares de objetos arqueológicos confiscados en la residencia de la familia Dada Fumero, en Montes de Oca, necesitan una intervención urgente para garantizar su correcta preservación, explicaron ayer funcionarios del Museo Nacional.
Arqueólogos de esta institución mostraron metates llenos con musgo en las bodegas y fotografías de las piezas tomadas en la residencia Dada Fumero, durante un allanamiento hace poco más de tres semanas.
Las imágenes muestran varias pilas de trozos de artefactos precolombinos de piedra expuestos a la humedad, así como piezas utilizadas como maceteras.
Además, mostraron fotos de objetos de jade confiscados. El jade estaba fijado con cinta adhesiva en su sitio de exposición en la casa de la familia; lo anterior, “generó una mancha en los objetos que es muy poco probable que pueda eliminarse aún tras un proceso de restauración”, dijo Cleria Ruiz, arqueóloga del museo.
La Nación visitó ayer esta colección en poder del Museo Nacional y tomó fotografías con la autorización expresa de la Fiscalía y del propio museo.
La residencia de la familia Dada Fumero fue allanada el 19 de agosto. Actualmente, el Ministerio Público investiga a Ligia Fumero Monge por infracción a la ley de patrimonio.
Ante los señalamientos de los expertos del Museo Nacional, La Nación intentó obtener la versión de la familia Dada Fumero en reiteradas ocasiones.
Ayer por la tarde, Rodolfo Dada Fumero, hijo de Ligia Fumero, dijo, vía telefónica, que darían declaraciones y enviarían fotografías. No obstante, a las 5:45 p. m., un correo electrónico de su abogado, Federico Campos, explicó que no se darían declaraciones y remitió al campo pagado publicado el viernes en varios periódicos.
La familia Dada dijo que las piezas estaban “custodiadas y conservadas en un recinto construido especialmente para este propósito”.
Sin embargo, la conservación era inadecuada, afirmó Marlin Calvo, jefa del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural del Museo Nacional. “Algunas estaban en una sala con una alfombra con manchas de humedad y otras en estanterías llenas de polvo y sin ningún control de humedad o temperatura”, aseguró .
“En otra sala se hallaron piezas con periódico viejo adherido; otras tenían insectos, otras estaban expuestas a la humedad”, añadió.
La arqueóloga considera que es urgente una intervención para limpiar las piezas y hasta quitarle el cemento a un metate usado como terrario, así como el musgo de piezas de piedra que estaban en los jardines.
En el campo pagado, la familia también denunció el “manejo irresponsable de algunas piezas” y dijeron estar preocupados por el embalaje y traslado al museo.
Los números de este decomiso lo convierten en el más grande en la historia del país.