¿Existe algún sitio donde uno pueda resguardarse de todos los males del mundo? Con esa pregunta inició Víctor Alba de la Vega, y en busca de esa respuesta escribió La ausencia del mal , su nueva novela.
¿Existe el refugio contra el mal? “La pregunta no es solo si es posible, sino si es deseable, que tal vez sea más importante. De ser así, ¿cómo hacerlo?”, cuestiona Alba de la Vega, ingeniero, filósofo y traductor.
El protagonista de la novela es un hombre mayor agotado; le decepcionan la corrupción, la impunidad, el mundo. “Se enamora de una muchacha joven y se obsesiona con ella pensando que, aunque todo es una porquería, puede encontrar sentido en ella”, explica el escritor.
Al intentar refugiarse en su pareja, el protagonista falla, topa con una pared: la obsesión también lleva a la infelicidad. “Aislarse de todo y creyendo que dedicándose únicamente a su pareja podría evadir el mal tiene muchos peligros: puede convertirse en un cuento de hadas, en una evasión de la realidad”, considera el narrador.
Según Alba de la Vega, encerrarse con la pareja es exponerse al daño del que se pretendía huir. ‘Uno se obsesiona con la pareja misma y el supuesto paraíso privado que uno estaba buscando se puede convertir en algo terrible. Uno pretendía huir del mal y se termina convirtiendo en un mal peor, no solo para quienes conviven sino para la sociedad. Si tenemos un montón de personas solitarias, se pierde el sentido de comunidad’, considera.
La novela también tiene algo de reto literario: su final es abierto y las respuestas evasivas. ‘La novela tiene diferentes capas: una lírica, poética, erótica; otra más reflexiva, con preguntas sociales y políticas; y una capa de estilo policial, de intriga y suspenso’.
‘Yo no impongo un desenlace ni una resolución; dejo abierto el final para que cada lector deba meterse e interpretar qué es lo que realmente está pasando. Uno no sabe del viejo si está loco, si está preso, o si está en un manicomio. Hay varias interpretaciones posibles que se van construyendo con ciertos hechos y uno, al final, no sabe dónde está el viejo’, señala el escritor.
Alba de la Vega explica que, en realidad, no responde a su pregunta inicial; el final es abierto y la interpretación le toca al lector.
En el curso de ese reto encuentra estas páginas. La obra se presentará en la Feria Internacional del Libro, en el salón de la Aduana, a las 6 p. m.