Al igual que sucede en muchos oficios, el amor por la lucha libre es algo que se transmite por generaciones.
Así le sucedió a Flash Jr., hijo de Fash I, un conocido luchador coronadeño de la década de los 70.
Este hombre de 37 años, dedicado a la instalación de piso cerámico, creció en medio de los cuadriláteros de lucha y los enmascarados.
“Mi papá era un personaje; el tenía un baile para presentarse y era uno de los mejores de su momento. Fue campeón centroamericano y campeón nacional de peso ligero, por eso es que apenas pude comencé a entrenar. Yo también quería ser luchador”, confesó.
Para este padre de dos niñas y un varón es emocionante pensar en la idea de que alguno de sus hijos continúe con el legado de su familia.
“A mis hijos yo les digo que practiquen cualquier deporte, no solo la lucha, pero cuando los escucho decir que quieren ser luchadores me emociona más, porque es el deporte que a mí me gusta”, dijo.
Su sueño parece que se hará realidad. Actualmente, su hijo Alex, de 12 años, practica todo tipo de deportes. Él ya tiene su traje y hasta su máscara, de hecho el nombre de su personaje es El Hijo de Flash.
Tanta es la admiración de este pequeño por su padre que le ha llenado la casa con dibujos y hasta le hizo un trofeo amarillo con vasos desechables, que hoy su padre conserva con las preseas y condecoraciones que ha ganado a lo largo de su carrera.
La menor de esta familia es Ana Lucía; ella no practica ningún deporte todavía, pero es una fan de hueso colorado de Flash Jr.
Con una máscara idéntica a la de su padre confiesa que su personaje se llama Flachilla.
Política familiar. Según explicaron Flash y su esposa, ellos no ven nada de malo en que sus pequeños sepan sobre la afición de su padre y mucho menos que vayan a las luchas.
Lo importante, dicen ellos, es explicarles a los niños que la lucha es un deporte de contacto y que no todo lo que sucede sobre el cuadrilátero se apega completamente a la realidad.
“Con el tiempo ellos han aprendido a descubrir cuáles son los movimientos con los que se pega al contrario y con los que no. Ellos lo saben porque nosotros entrenamos juntos y yo les explico. Además, siempre les aclaramos que lo que se ve en la lucha no se hace en casa ni en ningún lado”, enfatizó.