Para esta primera temporada del 2016, la Compañía de Cámara Danza UNA, bajo la dirección de Nandayure Harley, invitó al joven coreógrafo independiente Diego Álvarez a montar la obra de estreno titulada YOSOY.
Este trabajo, cuyo primer objetivo es mostrar sensaciones primigenias de los actantes, para traducirlas en las principales preocupaciones de un colectivo y poder llegar a temas universales, fue un proceso en el cual ellos contribuyeron muy de cerca del coreógrafo. Esto se vio en la calidad de las ejecuciones que lograron los miembros del grupo.
Diego Álvarez, a quien por primer vez le vemos un trabajo con esta agrupación, mostró una depuración en su estilo y supo sacar provecho de las condiciones técnicas del elenco, al presentarnos una obra redonda, gracias a la compenetración de los seis bailarines con su premisa, la cual está teñida de humanismo.
En las escenas de YOSOY podemos ver que nuestra sociedad ha avanzado, pues muchas cosas por las que antes se luchó y por mucho tiempo fueron tabú, ahora las podemos ver como normales o al menos ya son aceptadas por una gran mayoría, como puede ser la diversidad sexual o situaciones que marcaron nuestra vida en un momento y luego se perciben de distinto modo.
Para esta composición coreográfica, Álvarez echó mano a los contrastes en el manejo de los tiempos, obligó a los intérpretes a utilizar diferentes niveles y cualidades de movimiento ejecutados en un escenario sin escenografía. YOSOY no pretende narrar una historia de manera dramática, sino que apela al humor, la fragmentación y, mediante pequeños relatos, alcanza completar el texto, el cual está hilvanado con secciones creadas a partir de solos, dúos y grupales.
En YOSOY , tanto a nivel técnico plasmado en el dominio corporal como el interpretativo en el elenco, se ve un avance significativo. En este sentido, todos los bailarines salen triunfantes ante este nuevo reto. Sin embargo, del sexteto quiero destacar el crecimiento en la escena de Melisa Montero, quien durante todo la obra gozó de extraordinaria proyección ya fuera realizando acciones en las contraescenas, como integrante del conjunto o en su primer solo.
Como mejoras de esta interesante propuesta y para elevar el nivel de la ejecución, en algunas escenas de conjunto se debe trabajar la sincronía cuando la coreografía lo requiera, con el fin de obtener mayor limpieza en el diseño espacial.
Sobre el vestuario, responsabilidad de Escena Crack (Ricardo Rodríguez) puedo señalar que me resultó interesante al inicio, mas luego se desaprovechó la oportunidad de haberle sacado más provecho en las siguientes escenas.
En el diseño de iluminación, Rafael Ávalos supo guiar al espectador en los distintos ambientes o momentos generados por los movimientos de los bailarines, quienes se apoyaron en una banda sonora compuesta por varios autores.
YOSOY queda recomendado para los que no pudieron ver este desafiante trabajo en San José, pues está programada una temporada del 15 al 17 de abril en el Teatro Atahualpa del Cioppo, en la UNA, Heredia.
Ficha técnica
YOSOY
Coreografía: Diego Álvarez Sanóu
Intérpretes: Compañía de Cámara Danza UNA (Heriberto Calderón, Yul Gatjens, Meilsa Montero, Raquel Muñoz, Jesús Ramírez, Adriana Villalobos)
Fecha y hora: Viernes 1 de abril a las 8 p. m.
Lugar: Teatro de la Danza (Cenac)