“Con Luciano pasó lo que con muchos extranjeros, terminó amando más a Costa Rica que muchas de las personas que nacieron aquí...”
Con esa sentida frase describió el comunicador Sergio Pacheco a Luciano Capelli, el cineasta, fotógrafo, productor musical de origen italiano que falleció la mañana de este miércoles 29 de enero por una enfermedad "no tratable″, que venía padeciendo hace varios meses.
Capelli llegó a Costa Rica en 1987 como parte del programa Cuerpo de Paz, de la cooperación italiana.
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“Llegué al país por dos años, luego me extendieron el contrato a cuatro años, y después me quedé. Ya sumo 30 años aquí”, reconoció el mismo Capelli en el 2016, en un reportaje publicado en La Nación.
Capelli estaba casado con la periodista y promotora cultural mexicana Yazmín Ross –fallecida en el 2017–, con quien trabajó en Costa Rica en varios proyectos relacionados con el quehacer audiovisual. Por ejemplo codirigieron el aplaudido documental El barco prometido (2000), basado en uno de los textos más prominentes de Ross, La flota negra.
En ese año, El barco prometido obtuvo el premio a mejor documental, mejor sonido y mejor guion en la extinta Muestra de Cine y Video Costarricense.
Además el cineasta realizó el documental Cuando el río suena piedras trae (1991) –en coproducción con ZDF de Alemania–, y El paisaje olvidado, otro de sus trabajos con el que en 1993 volvió a ganar el premio al mejor documental en la Muestra de Cine y Video Costarricense.
En el 2001, con el filme Algo Queda, ganó el premio a la mejor producción y mención especial del jurado en la Muestra de Cine y Vídeo Costarricense, el premio a la mejor dirección y producción en el Festival Ícaro Centroamericano y una mención especial en el Festival Alucine, de Toronto.
Algunos de sus trabajos audiovisuales más importantes fueron transmitidos por televisoras comerciales de Italia, Alemania, España, Irlanda, Chile, Nueva Zelandia, entre otros.
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“En definitiva fue uno de los mejores documentalistas que hemos tenido. Deja un gran vacío”, expresó María Lourdes Cortés, historiadora del cine costarricense.
“Pero lo más importante de Luciano, a quien recordaré siempre con una gran sonrisa y un abrazo para dar, era su generosidad. Me refiero a que era muy generoso con la gente joven que se acercaba a él, pues les enseñaba lo que sabía con mucha entrega. Fue un formador”, agregó Cortés.
En el ámbito musical, Capelli será recordado por ser uno de los promotores del sello Papaya Music. En el 2004 se convirtió en el cofundador y gerente general de esa iniciativa, que buscaba darle protagonismo a la música costarricense y centroamericana, promoviendo el material de artistas como Malpaís, Walter Ferguson y Ray Tico, entre muchos otros.
Muy conmovido por el fallecimiento de mi querido Luciano Capelli. Mas que un amigo, un socio en mil aventuras creativas...
Posted by Jaime Gamboa on Wednesday, January 29, 2020
“El rescate de la memoria del país fue fundamental para él. Desde su llegada al país, Luciano lo hizo desde diferentes áreas. Por ejemplo, siempre gustó de rescatar los sonidos nuestros, y lo que hizo con Ferguson es una muestra”, expresó Pacheco.
Como fotógrafo, publicó en el 2003 el libro La Pasión por el Caribe y, en el 2009, Guanacaste Rutas de viaje, realizados en conjunto con Ross.
Las campañas de comunicación fueron otras de sus pasiones. Una de las más reconocidas fue la que hizo para el SINAC y el Área de Conservación Guanacaste, títulada Se quema el cielo, que también incluyó un documental y la conocida canción de Malpaís como soundtrack.
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En los últimos años, Capelli estaba dedicado a la parte editorial de su proyecto Ojalá Comunicación, que consistió en una curadoría de fotografías sobre la naturaleza costarricense. De hecho, en diciembre, presentó tres libros nuevos con esta temática.
En horas de la tarde, en un comunicado se detalló que “sus hónras fúnebres se realizarán de manera íntima. Agradecemos el respeto por la privacidad de la familia en estos momentos de recogimiento”.