Washington (AFP). El director estadounidense Martin Scorsese alentó a sus conciudadanos en la noche del lunes a prestar más atención a la “cultura visual” y a cuidar su rico patrimonio cinematográfico, antes de que literalmente desaparezca.
Scorsese abogó por un mayor compromiso nacional con la restauración y la conservación de filmes, en un discurso en el foro Jefferson, un evento dedicado a las ciencias humanas, en el Centro John F. Kennedy de Washington.
Hoy más que nunca, la gente es sacudida por las imágenes, constató el cineasta de 70 años, galardonado con varios Oscar por filmes como The Departed , Raging Bull , Goodfellas , Taxi Driver y más recientemente Hugo .
“Por esa razón pienso que debemos insistir sobre la cultura visual en los centros de enseñanza”, afirmó Scorsese.
“Los jóvenes deben comprender que todas las imágenes no están solamente para ser consumidas y olvidadas. Debemos enseñarles a entender la diferencia entre las imágenes móviles que contribuyen al desarrollo de su humanidad y de su inteligencia y las imágenes móviles que solamente venden algo”, dijo.
El realizador también destacó las innovaciones que la tecnología digital aporta al cine, permitiendo digitalizar centenares de filmes.
“Hoy tenemos instrumentos realmente maravillosos”, afirmó Scorsese.
Pero para comprender el lenguaje de las imágenes móviles, es esencial “preservar todo”, desde filmes de gran éxito a las realizaciones personales, pasando por los filmes que no pueden ser considerados como obras de arte a primera vista, continuó.
Para sustentar sus dichos, Scorsese proyectó un pasaje de Vertigo de Alfred Hitchcock -filme que hoy es considerado una obra magistral, pero que cuando se estrenó en 1958 pasó simplemente como un thriller más.
“Así como aprendimos a sentirnos orgullosos de nuestros poetas y de nuestros escritores, del jazz y del blues, debemos estar orgullosos de nuestro cine, es una forma de arte estadounidense”, afirmó.
“Es una gran responsabilidad y debemos entender que llegó la hora” de mirar más allá de la taquilla y comenzar a cuidar cada filme como si fuera “el libro más viejo de la biblioteca del Congreso”, advirtió.