Nueva York (AP).
Unas rosas colocadas cerca de su casa en Nueva York y mensajes de homenaje del mundo del cine formaron parte del discreto homenaje que recibía el miércoles la actriz Lauren Bacall, leyenda de la época dorada de Hollywood, quien falleció a los 89 años.
La muerte de Bacall el martes en su casa en Nueva York como consecuencia de una accidente cardiovascular se produjo horas después del suicidio, el lunes, de Robin Williams, de 63 años, que provocó una avalancha de reacciones.
Este miércoles por la mañana, algunos curiosos desafiaban la lluvia delante de las Dakota Towers, el famoso edificio del elegante Upper West Side de Manhattan, hogar de artistas y estrellas y en el que vivía Bacall, pero nadie podía dejar flores.
Los tres porteros del lugar vigilaban con celo la puerta del edificio junto al Central Park donde fue asesinado en 1980 el músico John Lennon.
Alguien logró sin embargo depositar una rosas en la parte trasera de las torres, en la verja de hierro.
Claire Hogenauer, una abogada que vive cerca de las Dakota, debió regresar a casa con su pequeño ramo. "Tenía la risa más hermosa que escuché en mi vida", afirma este mujer que solía ver a Bacall por el barrio y había ido a aplaudirla a Broadway.
Patti van Dyke, otra vecina que paseaba su perro, recuerda a una mujer muy gentil y adorable.
"Se acordaba siempre de mi nombre y me preguntaba por su carrera", contó Dyke.
Pero muchos turistas ni sabían de la muerte de la actriz y si fotografiaban las Dakota era por John Lennon, cuya pareja Yoko Ono aún vive en el edificio.
"Yoko Ono todavía habita en el cuarto piso", explicó José Antonio Nieto, un turista español de Cadiz. De Lauren Bacall, no conoce ni el nombre. "¿Lauren qué?", pregunta.
Un autobús con turistas italianos estaciona frente al edifico. El guía menciona las celebridades que han vivido o viene aún allí: John Lennon, Leonard Bernstein, Judy Garland, Rudolf Noureev... Ni una palabra sobre Bacall.
La actriz Bacall intentó estudiar arte dramático en su adolescencia pero debió abandonar las clases por falta de recursos y se convirtió en modelo, llamando un día la atención de la esposa del cineasta Howard Hawks, a la postre su mentor.
Fue Hawks quien la hizo adoptar una voz grave para To Have and Have Not (1944), donde con apenas 19 años irrumpió de manera triunfal en el cine y conoció a Bogart, por entonces de 44 años y con quien muy pronto se casaría conformando una de las parejas míticas de Hollywood.
Tras la muerte de Bogart, ella contrajo matrimonio con el también actor Jason Robards, con quien tuvo otro hijo.
A la actriz no le gustaba ser considerada una leyenda. "Es un título y una categoría que no aprecio mucho. ¿No están muertas las leyendas?", escribió en su autobiografía Now (de 1994).