Durante su estancia en una cabaña abandonada, cinco jóvenes curiosean un libro maldito y despiertan sin querer malignos espíritus. Esta es la premisa de Posesión infernal (2013), filme de terror que , de la mano de una promesa latinoamericana, ha espantado a Hollywood.
Uno a uno, los espíritus que usted verá a partir de mañana en los cines ticos, van poseyendo a los protagonistas del filme, en un desenfreno de sangre, tripas y amputaciones, que son un deleite para los fanáticos del cine gore.
Dirigido por el uruguayo Fede Álvarez, la nueva película es un remake de la recordada cinta The Evil Dead , que a principios de los 80 y a sus 21 años, significó la cuarta película de la floreciente carrera de Sam Raimi.
Ahora, como productor del filme, Raimi cede su espacio a Álvarez, un valor hispano que parece no haber decepcionado a su famoso mentor. Una buena crítica y buenos resultados en taquilla, son los indicios de una apuesta que parece haber funcionado.
La película, que ubica su terror en las montañas de Tenesí –aunque fue filmada en Nueva Zelanda–, fue estrenada el 5 de abril y ya tiene más $50 millones recaudados en taquilla.
Además, publicaciones como Variety y The Hollywood Reporter , hacen notar que la película complacerá por completo a los amantes de la original , mientras que Entertainment Weekly destaca sus “delirantes y espeluznantes escenas” .
En Posesión infernal , la descarga de horror se inicia cuando, encerrados en la cabaña, el grupo de muchachos escuchan un ruido en el sótano.
“ Extrañados, deciden bajar a investigar. Allí encuentran un magnetófono, un cuchillo ritual y un libro antiquísimo. El peligroso juego está a punto de comenzar”, dice la sinopsis oficial del filme.
Mia (Jane Levy), una joven que está en la cabaña para alejarse del mundo de las drogas, será testigo del sangriento caos.
Sueño. Álvarez, la cabeza detrás de Posesión infernal , llamó la atención de Hollywood cuando en el 2009 publicó en YouTube Ataque de pánico , un videoclip realizado con $300 y que trata sobre una invasión alienígena en Montevideo.
El director, de 35 años, vivió desde entonces el sueño americano: coescribió el guión de Posesión infernal junto a su amigo y colega Rodo Sayagués y dirigió su filme debut en Nueva Zelanda, sin restricciones artísticas ni económicas.
Según la base de datos boxofficemojo.com , Posesión infernal fue realizada con $17 millones, una cifra modesta para Hollywood, pero una fortuna para realizador acostumbrado a las carencias.
Además, el cineasta contó con toda la libertad creativa de parte de Raimi, siempre y cuando mantuviera sin cambios la base del filme: cinco amigos, un libro maldito y una cabaña en el bosque.
Raimi “nunca quiso dar soluciones, sino guiarnos, ayudarnos a entender qué cosas quieren los fanáticos de terror, porque es un público que él conoce bien”, dijo Álvarez.
“Lo más importante era mantener el espíritu de la película original. Del resto, nada era demasiado. La película tenía que ser tan, tan sangrienta que casi fuera ridícula y él (Raimi) quería que fuera shockeante ”, agregó.
Al respecto, el propio Raimi , comentó: “Algunas veces (Álvarez) me escuchaba y otras no. Lenta, pero firmemente, le fui cediendo libertad artística, porque respeté mucho su visión”.
Además, el guión da un vuelco a un cliché típico del género, pues los amigos se reúnen en la cabaña no para divertirse, sino para ayudar a Mia a desintoxicarse de su adicción a la heroína. Al inicio, eso les hace suponer que el violento comportamiento de la joven se explica por su síndrome de abstinencia.
Este giro da una respuesta a la pregunta que suele hacerse todo espectador: –“¿Si es tan peligroso por qué no se van de allí?”– y, a la vez, provee a los realizadores un valioso elemento de suspenso.
“La idea de ir a la cabaña para lograr una desintoxicación de Mia, surgió de nuestra molestia con las películas del pasado, donde siempre hay amigos que van a divertirse, a tomar cerveza, y que eran cosas que habíamos visto demasiadas veces”, dijo Álvarez.
Además, para conseguir actuaciones verosímiles, el director prefirió no abusar de los efectos digitales y creó los monstruos en base a maquillaje, técnicas de titiritero y usando locaciones reales.