El director anglo-irlandés Martin McDonagh regresa con una película cuyo título para América Latina, Tres anuncios por un crimen (2017), resulta esta vez más expresivo que el original en inglés: Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, en cuanto que se nos convierte en la más cercana aproximación a la trama del filme.
La historia corre en la comarca de Ebbing, Misuri, en el Medio Oeste de Estados Unidos y donde bien se cumple el refrán de “pueblo pequeño, infierno grande”. O sea, Ebbing es de esos poblados donde la entrada es también la única salida y donde Mildred Hayes (gran actuación de Frances McDormand) coloca su dolor en tres vallas publicitarias.
Lo que Mildred quiere hacer es azuzar a la opinión pública porque la policía no ha podido encontrar a los violadores y asesinos de su hija (la inoperancia policial). Son tres vallas y en una de ellas se menciona al jefe de policía William Willoughby, personaje que le permite a Woody Harrelson mostrarse como lo que es siempre: muy buen actor.
De ahí en adelante, uno pensaría que el guion (del propio director) nos dará un filme policial (film-noir) con una renovada investigación del suceso; pero no. Los rumbos que toma la película son sorpresivos puntos de giro, los necesite o no la película en términos narrativos, y todos tienen que ver con reacciones de la conducta humana.
El diseño original de los personajes, tan importante en el libreto, va cambiando según el carácter de cada uno de ellos y según evolucionan los acontecimientos: la ligazón entre ambos aspectos es sólida y le da absoluta tensión y coherencia interna al mundo ahí narrado.
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Uno podría decir que Tres anuncios por un crimen es una película sobre la ausencia, esto es, lo que produce la ausencia de la hija de Mildred Hayes en ella, como su madre con penoso sentimiento de culpa, y en quienes se mueven alrededor de Mildred, al punto de llegar a ser un agrio tema en la vida de los habitantes del pueblo.
Todo ello lo retrata muy bien el director Martin McDonagh como hábil titiritero, además de que la dirección de arte, la música y la fotografía le complementan, con éxito, las opresivas condiciones ambientales de un pueblo capaz de agitarse al menor ruido y de agrietarse por los tres carteles que exigen justicia.
Por ahí, hay un tercer personaje que –por secuencias– hace caer el drama con falsos matices de comedia o hace que algunas situaciones se vean forzadas, como que apretuja la trama y cuya actuación no es convincente. Se trata del policía Dixon, encarnado por Sam Rockwell, algo así como un domingo siete en la estructuración del relato.
Los diálogos están bien manejados desde la coprolalia de sus personajes y permiten adelantar el proceso de los acontecimientos, lo que no es fácil de lograr. Igual, dan lugar a la función crítica del texto para denunciar a una sociedad injusta, racista y misógina (buen manejo de la sátira).
Las vueltas de tuerca del argumento están muy bien empleadas (donde uno menos piensa, salta una liebre) y si un pueblo pequeño permite un filme de buena calidad como Tres anuncios por un crimen, sirva este medio para recomendarles que no se pierdan esta película.1
Título original: Three Billboards Outside Ebbing, Missouri. Reino Unido, 2017. Género: Drama/Comedia. Dirección: Martin McDonagh. Elenco: Frances McDormand, Woody Harrelson, Sam Rockwell. Duración: 112 minutos. Cines: Magaly. Calificación: CUATRO estrellas ( * * * * ) de cinco posibles.