El papel comienza a desaparecer de la burocracia latinoamericana.Ya sea licencias de conducir, certificados de propiedad o pago de impuestos, en la región cada vez se gestionan más documentos y servicios oficiales en línea.
Conforme se profundiza la penetración de Internet y de las tecnologías móviles, nuestros países amplían a velocidades distintas sus modelos de Gobierno Electrónico (GE) en función del usuario.
Los ciudadanos, esas personas cuyos impuestos sostienen el aparato estatal, ya comienzan a sentir los beneficios de un sistema que pretende facilitarles la vida.
Cierre los ojos y viaje al pasado. Veinte años. Sitúese en una oficina pública. La Internet apenas se iniciaba y no había teléfonos celulares. Está esperando su turno. Quizás olvidó cuál era el trámite, pero no el disgusto por haber perdido varias horas. Sus horas.
Hoy, las esperas por esos mismos trámites se han acortado en Latinoamérica, pero la agilidad depende de los logros y rezagos de cada nación.
Entre casi 200 países analizados, Chile, Colombia, Uruguay, México, Argentina y Brasil se insertan entre las 60 naciones que mejor desarrollan soluciones de GE, apunta el Estudio de Naciones Unidas sobre el Gobierno Electrónico 2012.
Mientras tanto, Venezuela, Costa Rica, Perú y Ecuador avanzan, pero situándose entre las posiciones 70 y 103 del análisis.
Entre los casos de éxito está el programa chileno Agenda de Modernización del Estado, por el cual se atiende a 400.000 personas al mes desde 155 sucursales en el país.
La plataforma, además, recibe el pago del 96% de las facturas del Gobierno Central en menos de 30 días e impulsa un plan de digitalización de trámites que incluirá el 60% de las diligencias administrativas este año.
Otro ejemplo es Gobierno en línea, en Colombia, que puso al alcance del teclado 1.024 trámites oficiales. ¿O qué decir de Receita Federal? Desde 1997, esta iniciativa brasileña facilita a los usuarios el llenado electrónico y entrega por Internet de su declaración del impuesto sobre la renta.
A partir del 2011, dicha plataforma suprimió la declaración en papel y el sistema de entrega personal: hoy el trámite solo se puede hacer desde la web.
Con aplicaciones disponibles para teléfonos y tabletas, este año ya se recibieron 26 millones de declaraciones; de ellas, 7.000 desde dispositivos móviles.
Aún así, también los desafíos abundan en el continente por deudas estructurales y endémicas en el acceso a Internet. Así lo revela un estudio elaborado por el Grupo de Diarios de América (GDA), del cual La Nación es integrante.
Contrastes. Argentina es el país con más penetración de Internet en el Cono Sur: el 67% de su población tiene alguna conexión, indica un informe de Internet World Stats.
No obstante, entre quienes carecen del servicio, 56% no puede pagarlo, dijo Hernán Galperín, director del Centro de Tecnología y Sociedad de la Universidad de San Andrés. Además, la velocidad desciende en las zonas rurales, lo cual deja abierta la brecha digital.
En Perú, el 22,4% de hogares tiene Internet, pero en zonas rurales el servicio alcanza solo al 2% de las familias, revela la Encuesta Nacional de Hogares del 2012.
Costa Rica, con acceso a la red desde 1993, digitalizó su gestión aduanera y, con la ayuda del GE, desde el 2007 ha entregado 1,2 millones de licencias de conducir, pasaportes y otros documentos.
De 128 países, nuestra nación ocupa el puesto 46 en preparación tecnológica del índice de competitividad 2012-2013 del Foro Económico Mundial. No obstante, cae al puesto 100 en suscripciones de banda ancha móvil por cada 100 habitantes.
México, de las mejor calificadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en GE, exhibe tal rezago que el 70% de la población carece de Internet.
En Venezuela, el Estado desconoce el avance del sector público en GE, pues sus 182 instituciones trabajan de forma aislada en los planes de modernización y automatización tecnológica de sus funciones administrativas, declara un informe del 2012 del Centro Nacional de Tecnologías de Información.
El collage de logros en GE y las dificultades de acceso a Internet explican la creciente atención hacia tecnologías móviles más accesibles y muestra un terreno fértil sin arar para soluciones de GE.
Una Internet móvil. Adquirir una computadora o el servicio mensual de Internet (si es que está disponible) quizás escape al ingreso mensual de familias de bajos ingresos, sin embargo, un teléfono lo consigue cualquiera.
En el 2010, había 52 millones de conexiones de telefonía móvil a Internet de banda ancha en la región. La cifra ya superó los 100 millones este año y alcanzará las 344 millones en el 2015, estima un análisis de la Asociación GSM.
El pronóstico llega hoy cuando la industria telefónica mundial procura vender teléfonos inteligentes más baratos dirigidos a mercados emergentes.
Desde la celebración en febrero del Congreso Mundial Móvil en Barcelona, los operadores telefónicos y fabricantes anunciaron planes para defenderse de rivales llegados de Internet como Viber, Tango y WhatsApp, desde donde millones de usuarios hoy envían sus mensajes y hacen sus llamadas.
Esto explica por qué la ONU pide a los estados mezclar el uso de canales tradicionales de GE y digitales, pero apuntando a trámites accesibles desde teléfonos y tabletas.
Para Naciones Unidas, el uso de todo canal disponible ampliará el alcance del Gobierno Electrónico, pero serán las tecnologías móviles, cree la entidad, las más cercanas a la población y las mejores candidatas para brindar Internet a menor costo y en todo sitio.
Al fin de cuentas, el corazón de cualquier proyecto de GE son las personas. Sea el universitario en el aula, la ejecutiva de alto nivel en un rascacielos o la jefa de hogar que vende naranjas en la calle, todos merecen y esperan rapidez y seguridad en sus trámites oficiales.
Y ese “todos” lo incluye a usted también.
Contribuyeron en esta información: Romina Colman (La Nación, Argentina), Sergio Matsuura (O Globo, Brasil), César Sottovia (El Mercurio, Chile), José Carlos García R. (El Tiempo, Colombia), Soraya Constante (El Comercio, Ecuador), Ariadna García y Alberto Morales (El Universal, México), Eldy Flores (El Comercio, Perú), Gerardo Alvarado León (El Nuevo Día, Puerto Rico), Miguel Arregui (El País, Uruguay), Emily Avendaño (El Nacional, Venezuela).