Tres perros de la unidad canina del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) dejaron atrás sus días de operativos este viernes y fueron adoptados por funcionarios del Poder Judicial que los integrarán a sus hogares.
La disminución en su olfato y de sus capacidades operativas son algunas de las razones por las que Tango, Fergus y Lazca se ganaron su merecida "jubilación", ellos tienen entre 5 y 9 años.
En el caso de Tango, la caída de un mueble cerca de él en uno de los operativos le hizo recordar alguna escena traumática de su pasado y perdió ciertas habilidades, explicó su guía, Geovanna Jiménez Céspedes.
Luego de varios años de servicio, las autoridades tuvieron que buscarle casa nueva a estos tres especímenes de la raza Golden Retriever, conocidos también como Labradores.
El acto de entrega de los canes a las personas que los adoptaron tuvo lugar este viernes en la Unidad Canina (K-9) del OIJ en San Joaquín de Flores, Heredia.
De acuerdo con Alejandro Castillo, jefe de esa unidad, con la partida de esos tres perros quedan 18 en funciones, los cuales están adiestrados para búsqueda de drogas, personas, armas de fuego, explosivos y otras sustancias.
El adiestramiento puede durar tres años o más y de esta forma se convierten en aliados de la Policía en operaciones donde, gracias a su olfato y su sentido de búsqueda, encuentran con más facilidad indicios que muchas veces pasarían inadvertidos para los policías, por lo complicado de ciertas escenas criminales.
Muchos de esos perros fueron donados por países amigos, luego adiestrados e incorporados a las jornadas policiales en todo el país.
Según Castillo, hubo 32 familias que llenaron solicitudes para adoptar a los canes, por lo que se hizo un análisis de cuáles ofrecían las mejores condiciones y se escogió a tres.
Todos son funcionarios judiciales. En el pasado no estaba dispuesto de esa forma, pero luego se modificó la normativa para evitar un mal uso de los animales; por ejemplo, de personas que quisieran cerciorarse de la presencia de droga en casas o vehículos para hechos delictivos.
Ahora solo se entregan a empleados del Poder Judicial, quienes firman un documento donde se comprometen a su cuido y a informar sobre su estado de forma periódica; incluso, cada año personal de la K-9 puede realizar inspecciones.
"La entrega a funcionarios judiciales busca evitar que los perros puedan ser reutilizados en puertos o aeropuertos por personas que cometan algún tipo de delito", dijo Castillo.
Una nueva vida
Idania Arteaga, de 40 años, es la funcionaria del Poder Judicial que se llevó para su casa a Tango. Para ella, la llegada de este animal es motivo de alegría, porque uno de sus dos hijos, José David, es hiperactivo y Tango reúne todas las cualidades para que el niño mejore su desarrollo psicomotor y social.
Les habían recomendado el Golden Retriever y dijo estar muy contenta al resultar escogida para la donación.
Su familia vive en San Lorenzo de Flores y dice que cuando les llevaron a Tango a la casa para ver si hacía química con José David, así fue.
"Este tipo de perros llegan a calmar a los niños con Asperger, por lo que le vamos a dar muchísimo amor, comida y agua", afirmó.
Fergus también estrenará casa. En lugar de buscar indicios, ahora deberá convivir con tres gatas y una zaguata en la vivienda de la familia Quesada Ramírez, en San José.
La pérdida de una cachorra labradora en esa casa coincidió con el anuncio de adopción que se envió a los funcionarios judiciales.
Silvia Ramírez, jueza contenciosa quien aplicó para la adopción, dijo que están muy emocionados y tanto la familia de ella, como la de su marido tienen perros y todos estaban esperando a Fergus.
"Es un oso bello. Nunca va a estar solo y se le va a dar el cariño que necesita después de tantos años de trabajo", añadió.
Por último, al guía de Lazca le correspondió dejársela. Christian Corrales afirmó que está muy complacido porque con Lazca conformó un equipo durante varios años y desarrollaron un gran afecto.
Corrales vive solo y dice que ahora Lazca residirá en su casa, en Alajuela.
Recordó muchas experiencias vividas en acciones antidrogas con la perra. En casos en los que hubo estupefacientes ocultos, de no ser por el olfato de Lazca, hubiese sido muy difícil descubrirlos. Una vez ayudó en un operativo donde se encontraron 800 kilos de droga en El Coyol de Alajuela.
Lazca lleva siete años con Corrales, quien dijo que es una perra muy cariñosa que siempre cuidó mucho al guía.
Antes de ser entregados a sus nuevas familias, los perros fueron estimulados con premios cada vez que descubrían cosas ocultas, pero en esta nueva fase en lugar de buscar armas o drogas, se les premiaba si encontraban otras cosas de uso cotidiano, como alimentos.