Ciudad Quesada. El comerciante sancarleño José Manuel Riggioni denunció en presencia del ministro de Seguridad Pública, Celso Gamboa, el drama que vive desde que hace un mes cuando los delincuentes le robaran de su casa ¢1 millón en efectivo.
“No satisfechos con llevarse el dinero y como yo los denuncié penalmente, ahora me amenazan con que me van a matar o le harán daño a mi familia en caso de que no retire la demanda”, narró Riggioni durante el encuentro entre Gamboa con comerciantes, cooperativistas y productores agropecuarios.
La cita se llevó a cabo este jueves en la sede de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo para analizar la ola delictiva que San Carlos padece desde mediados de mayo.
“Los hampones usan a terceros para espiarme en la casa. Si salgo a la calle me siguen, me envían recados. Siento temor de estar hasta en mi negocio. Me siento intranquilo, inseguro, no tengo paz y la familia también la perdió”, dijo Riggioni.
Sus palabras las secundó el empresario y cooperativista William Víquez. “Los robos y asaltos son epidemia. Señor ministro: ‘¿Qué podemos hacer para aplacarla?’”, preguntó Víquez a Gamboa.
Insatisfechos. Los asistentes a la reunión manifestaron estar insatisfechos con la labor de la Fiscalía regional. Anael Carrillo aseveró que el Ministerio Público desestima un alto porcentaje de las denuncias por delitos contra la propiedad y los ofensores son dejados en libertad después de su arresto.
Carrillo y el directorio de la Cámara le solicitaron al ministro Gamboa interceder ante el fiscal general, Jorge Chavarría, para que este acceda a reunirse en Ciudad Quesada con los sectores perjudicados y procurar soluciones.
Gamboa anunció que intensificaría los controles, incluso decidió dejar permanentemente en Ciudad Quesada la comisaría móvil con seis policías y dos motocicletas.
“Próximamente abriremos la Unidad Canina y pondremos en marcha otras acciones dirigidas a que San Carlos sea un cantón más seguro”, manifestó Gamboa.