Limón. Un pormenorizado cuestionamiento sobre la prueba técnica ofrecida por la Fiscalía desplegó ayer el equipo de defensores de siete sujetos acusados de asesinar al ambientalista Jairo Mora, el 31 de mayo del 2013, en una solitaria playa en Moín, Limón.
También figuran como ofendidas tres voluntarias estadounidenses y una española que lo acompañaban esa noche.
La causa está ligada a otro incidente sucedido 13 días antes, contra un matrimonio y dos sobrinos que estaban pescando en la bocana del río Moín.
Anteayer, el Ministerio Público solicitó 672 años de cárcel, en total, para los sospechosos.
Alegatos. Los tres abogados defensores que ya terminaron de presentar sus conclusiones, Luis Ling, Michael Ureña y Danny Quesada, coincidieron en pedir la absolutoria de toda pena y responsabilidad de sus representados, ya que, consideran, no existen pruebas contundentes en contra de ellos.
Ling cuestionó la acusación al apuntar que no cumplía con los requisitos de inculpación, especialmente por el delito de homicidio que se le señala a su cliente, de apellido Delgado.
Argumentó una “mala técnica” en cuanto al documento acusatorio de la Fiscalía.
El jurista fue aún más severo al referirse a la prueba testimonial, ya que, afirmó, hubo testigos que “llegaron a mentir”, como un oficial de la Fuerza Pública que según Ling, merecería ser procesado por falso testimonio, así como otros que lo hicieron de manera complaciente.
Por último, fue implacable al atacar la prueba técnica, especialmente la obtenida a partir de los rastreos y las intervenciones telefónicas, como también de las surgidas de los estudios de las radiobases para celulares.
“Ante la ausencia de las actas de posesión de los teléfonos celulares investigados, ¿cómo se va a acreditar los quien los tenía en su poder’ Solo nos queda la especulación y el acto de creer que era utilizado por la persona que dice la Policía. Incluso, en las transcripciones de las intervenciones hay aclaraciones que un aparato atribuido a uno realmente estaba en manos de otro”, indicó Ling.
En el caso de Ureña, defensor de uno de los dos hermanos que figuran como acusados, de apellido Salmon, aseveró de manera reiterada durante su exposición, que no existía un solo elemento de prueba directa en contra de su representado.
Para Ureña, la investigación de este caso se desplegó con un fin muy diferente al de averiguar la lo que realmente sucedió.
Al contrario, a criterio del jurista, se habría desarrollado con el fin de responder a la opinión pública y con la idea de cerrar el caso lo más rápido posible.
El juicio terminará hoy con los alegatos del defensor público Mario Chen. Luego, los jueces se retirarán a deliberar.