Con una reprimenda de los jueces hacia los demandantes terminó ayer el juicio en el que figuraba como imputado el arzobispo emérito, monseñor Hugo Barrantes Ureña, por los delitos de calumnias y difamación.
El Tribunal Penal de San José no solo absolvió a Barrantes, sino que reprochó a los dos religiosos querellantes por interponer la demanda sin que el asunto lo ameritara y los condenó a pagar las costas del proceso.
Los jueces concluyeron que el comunicado emitido por el obispo en el 2011, para advertir de falsos profetas que pedían dinero en nombre de la parroquia de Cinco Esquinas de Tibás, no tenía contenido difamatorio ni calumnioso, pues no especificaba nombres.
Pero, además, resaltaron que los demandantes nunca quisieron aclarar a las autoridades de la Iglesia católica quiénes eran ellos y qué actividades realizaban en la comunidad.
El juez Manuel Rojas aseguró que los querellantes, Víctor Mora Jiménez y Rándall Murillo Barrios (quienes son sacerdotes de la llamada Iglesia Católica Ecuménica de Cristo y Exaltación de la Cruz, la cual es independiente de la católica romana), confundieron a los feligreses de la comunidad.
“Se estaban identificando por su vestimenta y por su discurso como pertenecientes a una iglesia católica que todo mundo identificaba en la comunidad como de la parroquia, sin que se hiciera alguna aclaración. Y, todavía más delicado, se estaba solicitando dinero”, manifestó el juzgador.
Añadió: “El comunicado que dirige Barrantes Ureña es para alertar respecto de lo que podía estar sucediendo (...); no hay ningún elemento ni difamatorio ni calumnioso. La dimensión que quisieran darle los medios de prensa es un asunto totalmente aparte”.
El juez criticó la querella por contener elementos no probados y también calificó las declaraciones de los demandantes como “bastante vagas y evasivas”.
El Tribunal lo integraron, además de Rojas, Isabel Porras y Mariela Villalobos.
Proceso sigue. Apenas los jueces salieron de la sala, Barrantes fue acogido por los abrazos de feligreses católicos.
A su salida, expresó: “Quiero aclarar que aquí no era la pelea de una persona, Hugo Barrantes, contra otras personas. Era el derecho de la Iglesia de anunciar la verdad (...). Como obispo, quise defender la verdad de la Iglesia”.
Manifestó que le gustaría tener un “diálogo con los hermanos de la línea ecuménica, pero siempre con la verdad”.
José Joaquín Ureña, abogado de los sacerdotes no romanos, indicó que analizará toda la sentencia, una vez redactada, para presentar una apelación.
“Este es el primer tiempo del partido y también faltan los penales, que sería el recurso ante Sala Tercera”, dijo.
Por su parte, el religioso Mora reiteró que “iglesias católicas hay muchas”.
“¿Por qué nosotros no podemos ser? Hay franciscanos, anglicanos, luteranos, hay monjas de otras denominaciones católicas fuera de Roma (...). ¿Qué tan falsos y estafadores podemos ser si seguimos al mismo Dios?”, alegó.
Aseguró que siempre actuó con transparencia ante la comunidad y que, para obtener alimentos y otras necesidades, tenían la ayuda del papá del cura Murillo y, además, vendían ropa usada.