Óscar Eduardo Núñez Calvo, expresidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), fue condenado a cinco años de prisión luego de que el Tribunal Penal Juicio de Hacienda, con sede en Goicoechea, lo encontrara responsable de los delitos de tráfico de influencias y peculado, por influir para viajar con una subalterna de 23 años a México y, además, por cobrar los viáticos pese a que le pagaban todos los gastos.
Al emitir el veredicto, los jueces determinaron que Núñez también queda inhabilitado para el ejercicio de cargos públicos por un lapso de cinco años. Asimismo, concedieron al político la posibilidad de cumplir la pena en arresto domiciliario con monitoreo electrónico. En dicho arresto, la persona solo puede salir de su casa a citas médicas o asuntos autorizados por el Juzgado de Ejecución de la Pena, como el sepelio de un familiar cercano o ir a votar.
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Óscar Núñez de 59 años, tiene una larga trayectoria política pues se desempeñó como alcalde de Desamparados, fue secretario general del Partido Liberación Nacional (PLN), luego diputado por esa misma agrupación entre 2006 y 2010. En mayo del 2010 fue nombrado presidente de AyA cargo al que renunció el 28 de junio del 2011, horas después de que la Procuraduría de la Ética le atribuyera infracciones a la Ley contra la Corrupción y el Enriquecimiento Ilícito, por el viaje que hizo a México, con recursos públicos, en compañía de una subalterna de la agencia de Tilarán.
Precisamente, debido a esos hechos, que ocurrieron entre junio y agosto del 2010, la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción (FAPTA) abrió una investigación como sospechoso de los delitos de peculado (usar recursos públicos en beneficio propio) y el tráfico de influencia (influir en un servidor público para obtener un beneficio económico o una ventaja indebida).
La oficina de prensa del Ministerio Público informó de que en el debate se logró demostrar que durante el período antes mencionado, “Núñez se valió de su cargo e influyó en al menos tres subordinados directos para que se autorizara que una funcionaria viajara con él a Ciudad de México, simulando que esta participaría en una capacitación, cuando en realidad él era el único invitado a la actividad.
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“De esta manera, entre el 11 y el 19 de agosto del 2010, el imputado realizó el viaje en compañía de la mujer, quien laboraba en la Plataforma de Servicios del AyA. Adicionalmente, se demostró que el exjerarca cobró los viáticos institucionales, pese a que la entidad organizadora de la capacitación cubrió todos los gastos”.
En el debate se estableció que el accionar anómalo de Núñez le generó a la entidad un perjuicio económico de $2.518 por concepto de viáticos, sin tomar en cuenta la estimación del rubro de salario de ambos funcionarios durante su estadía en México. Esta sentencia se había dictado el pasado 25 de febrero, dentro del expediente 11-000111-0621-PE, comunicó este jueves la Fiscalía.
Descargo
La Nación intentó conocer una reacción de Oscar Núñez sobre esta sentencia, pero al cierre de esta noticia no fue posible localizarlo.
En anteriores ocasiones, el político sostuvo que este asunto era una persecución de carácter político y alegó que la subalterna le manifestó su interés en hacer una pasantía con una empresa en México y, por coincidencia, se vieron allá un día mientras él asistía a negociaciones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Le autorizo de la forma más inocente”, dijo Núñez, quien insistió en que sufrió una persecución con “información peyorativa, dolosa e infundamentada de que yo andaba con la querida en México”, dijo Óscar Núñez a La Nación en junio del 2011.
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Esta sentencia todavía no se encuentra firme pues todavía Núñez tiene la posibilidad de impugnar el fallo ante el Tribunal de Apelación de Sentencia de Goicoechea e incluso luego puede elevarlo a la Sala de Casación Penal.