Limón. La Fiscalía pidió que se castigue con el máximo de la pena que permite la legislación tica a tres hermanos (un hombre y dos mujeres) por presuntamente planear y ejecutar un ataque a balazos, en el cual murieron dos personas y otras tres resultaron heridas.
La solicitud de condena la hizo este martes la fiscala Carmen Zúñiga, en un juicio que se realiza en los Tribunales de Limón. En este caso, la pena (50 años a cada uno) sería para tres hermanos de apellidos Potoy Cortés.
A ellos se les atribuyen dos delitos de homicidio calificado y tres tentativas de homicidio, los cuales fueron cometidos en concurso ideal, es decir, en un mismo hecho delictivo.
En este caso, también está acusado otro hombre de apellidos Gullar Matamoros, contra quien se pidió una sentencia de 35 años de prisión, pues solo lo vinculan con un homicidio calificado.
Antecedente. El caso que se juzga fue una balacera que ocurrió el 2 de agosto del 2014, en barrio Cieneguita, en el centro de Limón.
Allí murieron el ama de casa Maribel Mendoza Golden, de 32 años, y Luis Diego Moreira Caballero, de 30. En tanto, resultaron heridas María Salvadora Morales Serrano, de 51; Carlos Zúñiga Araya (de edad desconocida) y una niña de 7 años.
Según la acusación de la Fiscalía y el relato de testigos, los acusados integran una pandilla denominada los Potoy. Esta, desde hace varios años, mantiene en Limón una disputa por territorios para la venta de droga con otra banda llamada los Pechán.
Esa pugna, informaron las autoridades, ha generado varios asesinatos. Uno de ellos fue el de David Potoy Cortés, perpetrado el 17 de junio del 2013, en Pueblo Nuevo de Limón. Este era considerado como el líder de los Potoy.
Según la Fiscalía, como represalia, los Potoy idearon acabar con la vida de María Salvadora Morales, cuyos hijos integran la banda los Pechán.
Precisamente, Morales se había amarrado con cadenas, el 25 de febrero del 2014 frente a los Tribunales de Goicoechea, San José, pidiendo justicia, pues alegó que su casa en Cieneguita fue baleada y quemada y no se había detenido a los responsables.
El Ministerio Público informó de que durante el ataque de agosto, los acusados fallaron en el objetivo de matar a Morales. Empero, asesinaron a Maribel Mendoza, una ama de casa ajena al conflicto y quien se dirigía para su vivienda en el mismo taxi informal, junto con María Morales.
Para la fiscala Carmen Zúñiga, los acusados dispararon con los rostros descubiertos y, luego de huir, regresaron “a la escena como si nada hubiera pasado”.