Falso mensajero irrumpió en viviendas solas y robó objetos valorados en ¢2,5 millones

La Sección de Robos de la Policía Judicial detalló que los sospechosos llegan a bordo de una moto a casas ubicadas en San José, Cartago, Alajuela y Heredia. Una vez ahí tocan el timbre o el portón y, de ser necesario, lanzan piedras en los techos para confirmar que no hay nadie en ellas. Posteriormente, fuerzan los portones y puertas principales y una vez dentro del inmueble buscan celulares, consolas de videojuegos, joyas y dinero en efectivo, así como otros artículos de valor que quepan en el bolso que portan, esto con el fin de pasar inadvertidos.

Danilo Aguilar Gamboa, jefe de Unidad de Investigación de la Sección de Robos del OIJ, dijo que el principal sospechoso tiene aproximadamente 60 años y tiene una estatura de entre 1,75 metros y 1,80 metros. En tanto, el hombre que le ayudó en los últimos atracos tiene entre 50 y 55 años.

“Este masculino actúa en diferentes provincias y, regularmente, porta un bolso similar al que utilizan los repartidores de las plataformas digitales. Llega a las puertas de las viviendas y al tener confirmado que no hay presencia de ofendidos en las casas irrumpe para poder sustraer los bienes. En los últimos eventos que hemos investigado hemos logrado determinar que el sujeto se hace acompañar de otro masculino que también es requerido por la Sección de Robos, por lo que solicitamos muy respetuosamente a la ciudadanía que si tienen informes o conocimiento acerca del paradero o domicilio de estos sujetos favor lo hagan llegar mediante la línea confidencial del OIJ”, explicó el jerarca judicial.

Además del video, el OIJ también difundió una fotografía del principal sospechoso.

En caso de ser detenidos, los sospechosos se exponen a una pena que va de uno a 15 años de prisión, ya que depende de si se califica como robo simple o agravado. El primero de los ilícitos ocurre cuando la sustracción sea cometida con fuerza en las cosas. En el artículo 212 del Código Penal se establece prisión de uno a seis años si el monto de lo sustraído excede de tres veces el salario base (¢1,3 millones).

En tanto, el apartado 213 estipula prisión de cinco a 15 años cuando el robo sea perpetrado con perforación o fractura de una pared, de un cerco, de un techo, de un piso, de una puerta o de una ventana, de un lugar habitado, o de sus de dependencias.