El miércoles 29 de octubre del 2014 a las 4 a.m., ante la alerta de vecinos, vulcanólogos de la Red Sismológica Nacional (RSN) de la Universidad de Costa Rica ingresaron al mirador del volcán Turrialba a realizar mediciones con las cámaras térmicas. Esta labor se vio suspendida por una fuerte explosión en el cráter suroeste.
Según Raúl Mora, vulcanólogo del Programa de Prevención y Gestión de Riesgo de la UCR, inicialmente hubo un fuerte sonido de explosión y se observó poco a poco como se levantaba una columna de rocas incandescentes al rojo vivo, que se golpeaban entre sí y caían dentro y cerca del cráter. Fue la primera vez que el magma salió mezclado entre los gases y cenizas.
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Este sábado se cumplen dos años de aquel evento que marcó una serie de fases progresivas del volcán, las cuales han ido en ascenso y que actualmente afectan en mayor escala los sectores aledaños al Parque Nacional Braulio Carrillo y las regiones hacia el Caribe.
"El volcán está en un desequilibrio y no se ha detenido", expresó Mora.
Desde el 19 de setiembre pasado, en una nueva escalada del coloso, comenzaron en forma casi ininterrumpida las erupciones. Estas se vieron facilitadas porque quedaron limpios los conductos internos del volcán, y ese material ha caído en la zona boscosa, así como en potreros y algunos cultivos de La Alegría de Siquirres, Guápiles, Guácimo, Batán de Matina y Búfalo de Río Blanco, Limón.
De acuerdo con Guillermo Alvarado, coordinador del área de Amenazas y Auscultación Sismológica y Volcánica de la UCR, el volumen de lava en la ceniza pasó del 2% al 25% y la tendencia es que aumente a niveles que podrían llegar hasta un 80%.
Ambos científicos coinciden en que son más peligrosas las nubes ardientes de ceniza o flujos piroclásticos, el lanzamiento de piedras en proyección balística y los lahares o corrientes de lodo en los cauces de ríos, que una colada de lava, la cual es poco probable porque el magma del Turrialba tiene mucho gas.
"Es posible, que se forme una colada de lava en el volcán Turrialba, pero esto no sería el peligro principal", explicó Raúl Mora.
Alertar al Caribe. Para él es urgente incentivar charlas de riesgo volcánico en todo el Caribe por tratarse de una zona de riesgo y porque la mayoría de personas ahí sabe manejar inundaciones y terremotos, pero conoce muy poco sobre el peligro volcánico.
"Tenemos la idea de que el material va a llegar al Valle Central, pero el viento cambia de dirección y puede darse algún caso de que todo el material eruptivo se vaya al lado del Caribe".
Mucha ceniza se está acumulando en las partes altas del río Toro Amarillo y es muy importante que quienes tienen sus trabajos en las riberas estén muy pendientes del nivel del cauce y la coloración del agua, porque obviamente el material acumulado en algún momento va a bajar por los ríos, explicó.
Al tomar en cuenta que el volcán Turrialba tiene más de un mes de estar en erupción constante, Mora dijo que la población debe saber que el coloso está inestable.
Expresó que los científicos aún están aprendiendo con el volcán Turrialba, pero todo hace pensar que la fase fuerte continuará.
"No nos queda más que hablar con la población, no asustarlos, pero decirles que el Turrialba está muy activo".
Raúl Mora llamó a los turistas a respetar el radio de cinco kilómetros desde el cráter que estableció la Comisión Nacional de Emergencias desde el año pasado como zona de contención.
El volcán se puede ver desde La Pastora, Pacayas y otros sitios más seguros.
Lo anterior porque además de lanzar cenizas con magma, en la zona restringida se forman flujos piroclásticos que han llegado hasta escasos 500 metros del puesto de guardaparques.
Esos vigilantes, así como el personal científico que ingresa a dar mantenimiento a los equipos, deben extremar los cuidados ya que esos flujos han llegado hasta los 800 metros del cráter, cuando al inicio no pasaban más allá de los 100 metros. Las temperaturas de esos flujos alcanzan hasta 500 grados Celsius lo que resulta mortal para el ser humano.
"A los guardaparques les hemos dicho que deben tener siempre las llaves pegadas en el carro", afirmó.
Cenizas al noreste. Este viernes la emisión de ceniza del volcán Turrialba fue sostenida, pero aumentó su intensidad en la tarde.
Las columnas eruptivas fueron cercanas a los 1.000 metros de altura sobre el nivel del cráter.
El viento lanzó la ceniza principalmente al oeste y noreste, por lo que afectó las zonas boscosas del Braulio Carrillo, los alrededores del volcán y las montañas de Coronado, según el reporte del Observatorio Sismológico y Vulcanológico de Costa Rica (Ovsicori).