EscucharLa madrugada de este jueves, un temblor de magnitud 4,2 frente a la costa de Jacó, desencadenó una secuencia sísmica que para el mediodía sumaba 13 movimientos telúricos con magnitudes entre 2,7 y 4.
El temblor principal ocurrió a las 12:11 a. m., tuvo su epicentro a 22 km al este de Jacó, en el cantón de Garabito, en el Pacífico central.
El único sismo sentido de esa secuencia fue el de 4,2, percibido al sur de la península de Nicoya, es decir, lo reportaron vecinos de Lepanto, Paquera y Cóbano, así como de Herradura, Jacó y de forma muy leve en algunos puntos del Valle Central, dado que ocurrió a una hora en que la gran mayoría de la población dormía, informó Lepold Linkimer, de la Red Sismológica Nacional (RSN).
El análisis de esa sismicidad revela que fueron por subducción de la placa del Coco bajo la placa Caribe. Los temblores ocurren entre los 22 y 23 kilómetros, coincidiendo con la zona de contacto de ambas placas tectónicas, precisó Linkimer.
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La secuencia ocurre en la misma zona donde tuvo lugar el terremoto de Cóbano en 1990, con una magnitud de 6,2. Se trata de una de las regiones con mayor actividad sísmica en nuestro país y que tiene potencial para eventos cercanos a 7.
Ese sismo frente a la península de Nicoya, dejó 32 casas dañadas, ocho destruidas y 79 edificios con daños en diferentes grados. En el puerto de Caldera, los sismos afectaron la zona del muelle y el rompeolas que quedó agrietado. El terremoto fue a las 7:22 a. m. y se sintió en casi todo el territorio, aunque no hubo muertos ni heridos. Durante varios días hubo réplicas y ocurrió poco antes de la Semana Santa que ese año fue a mediados de abril.
La de este 14 de marzo es la tercera secuencia sísmica en lo que va del año, ya que el 10 y 11 de marzo hubo otra frente al golfo de Papagayo en el Pacífico de Guanacaste, donde el temblor principal fue de 4,8. Ocurrió a las 9:47 p. m., a 33 km de profundidad. Luego le siguieron al menos diez más con magnitudes entre 2,5 y 4,7, todos generados por la subducción de la placa del Coco.
Además de esas seguidillas ocurridas en el océano, hubo otra en Pérez Zeledón, en tierra firme, en una falla desconocida para los científicos. Sucedieron a partir del 16 de febrero, cuando ocurrió el evento principal de magnitud 4,9 a las 8:29 p. m., el cual fue sentido en gran parte del país y tuvo su epicentro cinco kilómetros al oeste del distrito de Rivas. Solo en los primeros tres días hubo más de 300 sismos con magnitudes entre 1,8 y 3,1 y todavía se mantienen algunos temblores en esa región.
El sismo principal en Pérez Zeledón tuvo eventos precursores con magnitudes de 4 y las réplicas más grandes fueron poco después del movimiento telúrico, con magnitudes entre 1,8 y 3,1. En esa parte del país, se tienen al menos tres fallas importantes que son la de División, Buenavista y Canaán. Ahí ocurrió un terremoto de magnitud 6,1, el 3 de julio 1983 y le siguieron casi diez años de réplicas, pues es una zona muy fracturada.
Aunque en nuestro país tiembla todos los meses, muchos asocian los temblores con la Semana Santa, debido a que el Sábado Santo de 1983 ocurrió en Golfito otro terremoto de magnitud 7,4 que se sintió fuerte en todo el país y dejó millonarias pérdidas. Hubo al menos 70 casas con daños, así como puentes y otras estructuras.
En Ciudad Cortés el edificio de la alcaldía colapsó. Ese terremoto tiene un periodo de recurrencia de 40 años, por lo que expertos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica han dicho que es muy probable que a corto plazo pueda ocurrir otro terremoto similar, pues ya se cumplió el plazo.
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