Lluvias azotaron San Carlos, Guanacaste y el Caribe norte

Así lo informó Rebeca Morera, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), quien indicó que a las 4 p. m., los montos de lluvia rondaban los 80 litros por metro cuadrado o milímetros (mm) en Sarapiquí; 86 mm en Nosara de Nicoya y 73 mm en la planta hidroeléctrica Cubujuquí, en Horquetas, así como 43 mm en Guápiles.

El caudal del río Aguas Zarcas se mantuvo intenso. En julio del año pasado, por ese río bajaron avalanchas que destruyeron estructuras luego del deslizamiento de unas 70 hectáreas en el Parque Nacional Juan Castro Blanco.

En Pococí hubo ríos crecidos como el Santa Clara, en el distrito de Roxana, donde varios vehículos tuvieron que esperar a que bajara el nivel para atravesar los vados. Lo mismo ocurrió en el río Jiménez, donde las aguas arrastraron troncos que impedían el paso vehicular por esos puentes sin barandas.

Las lluvias sostenidas esta semana en las cuencas que abastecen los embalses permitieron que todos los racionamientos anunciados por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) fueran suspendidos.

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Según el IMN, la zona de convergencia intertropical cercana al país es la que genera el alto contenido de humedad e inestabilidad, lo cual provocó las intensas lluvias y aguaceros con tormenta eléctrica.

El mapa de lluvias del miércoles 15 de mayo revela que casi todo el territorio ha recibido lluvias. La zona fronteriza con Nicaragua en el cantón de La Cruz, parte de Los Chiles y el Caribe sur estuvieron secos. El IMN pide especial atención en los alrededores de Sarapiquí, Aguas Zarcas y los sectores montañosos de la zona norte y Caribe norte, así como en los alrededores del golfo de Nicoya y el este de Guanacaste (Santa Cruz, Carrillo y Garza de Nicoya) debido a los suelos húmedos en partes bajas y en las montañas.

Onda tropical

En paralelo, el IMN da seguimiento a una onda tropical que se perfila para el martes de la próxima semana. Aún no ha ingresado al Caribe y habrá que observar su evolución en los próximos días para determinar su eventual llegada al istmo con un incremento de lluvias, dijo Morera.

Es la tercera de aproximadamente 50 ondas que cada año se forman al oeste de África y se desplazan hacia América. La primera de ellas aumentó las lluvias a finales de abril, pero la segunda, que se esperaba la semana pasada, se desvaneció en la cordillera de Los Andes, cerca de Colombia.

Las ondas tropicales suelen aumentar las lluvias pues generan inestabilidad a su paso por nuestro país, el cual atraviesan en periodos de ocho a doce horas, dependiendo de cada fenómeno.