El 19 de setiembre del 2014, unos 40 derrumbes dejaron atrapadas a 1.200 personas en la ruta 32, que une San José con Limón. Al trascender la emergencia, hubo temor porque se creyó que algunos autos habían quedado sepultados. Personal de socorro arriesgó su vida al pasar por terrenos inestables y, tras varias horas, descartaron una tragedia.
Para Héctor Chaves León, director del Cuerpo de Bomberos, esas horas de incertidumbre se pudieron evitar con el uso de drones, pues esos pequeños aparatos hubien volado sobre los derrumbes en solo minutos y habrían enviado imágenes del sitio.
Tal experiencia fue fundamental para que Bomberos ratificara la necesidad de comprar algunos drones y hoy tres ya rinden frutos como sus “ojos en el aire”, a los que han acudido para atender incendios (en San José y Guanacaste), un derrame químico (Cartago) y en un accidente en la carretera 32, Braulio Carrillo.
Al respecto, Chaves adelantó que posiblemente van a adquirir otros aparatos, más modernos y versátiles.
“El costo se compensará con la utilidad. Por ejemplo, en un incendio forestal, se ha contratado un helicóptero que cobra $1.000 por una hora de vuelo y muchas veces, con el incendio del Chirripó, había fuertes vientos y el vuelo resultó muy peligroso. Con un dron se hace el mismo trabajo a menor costo y riesgo” , explicó.
En cinco meses, los artefactos respondieron positivamente a las expectativas de Bomberos.
“En un incendio en el Parque Nacional Diría, ayudaron a hallar el foco de fuego y así se planeó la estrategia. Allí era imposible entrar porque el terreno es muy quebrado y los bomberos podían haber quedado encerrados por las llamas”, resaltó.
Innovación. Un dron es un diminuto avión no tripulado que opera a control remoto y vuela de forma autónoma, según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Ana María Ortega, encargada de Tecnología de la Información del Cuerpo de Bomberos, destacó que, aparte de su uso en emergencias, la idea es emplear los drones en la elaboración de planes de prevención para precarios, aunque, por ahora, están en una fase experimental.
“Dos funcionarios fueron capacitados como ‘pilotos’: deben conocer las zonas geográficas, las condiciones climáticas y la normativa. También analizamos las condiciones técnicas de los drones, su autonomía de vuelo y la resolución de la cámara”, dijo.
William Hernández, jefe de Operaciones de Bomberos, detalló que, con las imágenes que envía el dron, el comandante a cargo de la emergencia puede tomar decisiones para evitar la propagación del fuego e incluso sacar al personal si se detecta el posible colapso de alguna estructura, como paredes o techos, algo frecuente en esos casos.
Un aspecto que preocupa es la falta de regulación en el país para estos “vehículos aéreos no tripulados”, como llama a los drones la Dirección de Aviación Civil.
Luis Salas Sánchez, director de Operaciones de Bomberos, comentó que, al no existir disposiciones claras, se podrían generar incidentes cuando atienden algún suceso. “Mucha gente va a querer entrar con su dron y va a arriesgar nuestro equipo y al personal que está en el sitio”, dijo.