La provincia de Limón se encontraba ayer aislada del Valle Central luego de que los dos últimos días de lluvias dejaran obstruidas -por derrumbes- todas la vías de comunicación terrestre con la zona.
Una situación similar se vivía anoche en Puerto Viejo de Sarapiquí, región de la que tuvieron que ser evacuadas 400 personas; aquí, los lugareños disponían de la ruta por San Carlos como la única vía de salida hacia el centro del país.
Quienes tengan que viajar hacia la zona del Caribe tendrán que esperar, pues no hay paso por Turrialba ni por la carretera Braulio Carrillo, y la tercera opción -a través de Vara Blanca de Heredia-, también se vio interrumpida por deslizamientos de tierra.
Según Enrique Molina, director de Conservación Vial del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), en la vía Braulio Carrillo hay 14 derrumbes entre el peaje del Zurquí y el Río Sucio.
Asimismo, agregó que el mal tiempo no dejó trabajar, pese a que, desde tempranas horas de la mañana, al lugar llegó el personal con la maquinaria, pues el viento y las lluvias provocaron que cayeran más escombros en la vía.
Los trabajos de remoción de piedras y lodo quedaron paralizados desde las 2:00 p.m., ya que los obreros corrían peligro de ser sepultados por un derrumbe.
"Si el tiempo mejora, tal vez podamos abrir la carretera por el Zurquí el viernes, pero si el mal tiempo persiste, no podemos prometer nada", aseveró Molina.
Por otro lado, se informó que la vía hacia Limón por Sarapiquí y Vara Blanca se encuentra cerrada a la altura de Puerto Viejo, en razón de que el río Tigre se desbordó y no permite el paso.
Mientras tanto, la carretera hacia la zona caribeña por Turrialba también se encontraba clausurada, pues entre ese cantón y Siquirres, en el sector conocido como La Angostura, fue reportado un deslizamiento.
Enrique Molina puntualizó que aunque durante varias horas hubo maquinaria trabajando para despejar las carreteras, la tarea tuvo que suspenderse debido a la persistente lluvia.
En Puerto Viejo
Cuatrocientas personas evacuadas, decenas de viviendas inundadas y grandes extensiones de terrenos anegados, se constituían ayer -básicamente- en los primeros trastornos que afectaban a Puerto Viejo de Sarapiquí, tras 24 horas de intenso temporal.
La información fue proporcionada por Gerardo González, jefe de la Cruz Roja local, quien explicó que la emergencia obedece al desbordamiento de los ríos Sarapiquí, Sucio, Chirripó y la Quebrada Grande.
Puerto Viejo se encontraba anoche prácticamente aislado porque no tenían salida a Guápiles, ni a Heredia por el camino a Vara Blanca. En el primer caso debido a la crecida del río Tigre, en la comunidad del mismo nombre y donde se halla el único puente.
En el segundo, el paso se interrumpió por los constantes derrumbes en el sector conocido como Los Cartagos.
La única salida de la cual disponían los lugareños era por San Carlos.
La clínica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) -al igual que otras entidades- se mantenía anoche en estado de alerta, según informó su director, Alberto Antonio Castillo.
Anoche, la Cruz Roja necesitaba colchones, ropa y comida para los damnificados. La mayor parte de las personas evacuadas, alrededor de 400, procedían de las fincas bananeras Malinche, Canfín, Alamo y Gacela, las cuales, desde las primeras horas del día, se vieron afectadas. Todos las víctimas fueron trasladadas a otra plantación bananera llamada Cocobolo.
El resto de las personas evacuadas procedían de otras zonas y ahora están ubicadas en un albergue municipal localizado en el centro de Puerto Viejo.
Inútil batalla contra el agua
Desde el lunes por la noche comenzaron a batallar contra el agua, haciendo canales entre las casas para evitar la inundación; sin embargo, tanto trabajo solo retardó la tragedia que cobró la vida de Oscar Orocú González.
"Oscar fue muy terco, todavía ahora en la mañana (ayer) le insistí que dejara la casa porque un terraplén estaba a punto de caer, pero insistió en seguir haciendo zanjas, cuando nos dimos cuenta estaba totalmente enterrado", narró con tristeza Miguel Angel Bonilla, vecino de barrio Campabadal, en el centro de Turrialba.
Orocú, de 60 años, vivía solo en la vivienda pues hace un año falleció su esposa, de quien estaba separado. Ayer, a las 9:30 a.m., laboraba en el patio de su casa, cuando la muerte lo alcanzó.
El mal tiempo segó también la vida de otras tres personas en ese mismo cantón cartaginés.
Ellos son Belisario Vargas Vargas, de 40 años, quien trabajaba en al finca ASECATIE cuando quedó atrapado por un alud, y María Elena Gutiérrez Salazar, de 30 años, y su primo Julián Gutiérrez Méndez, de 22, quienes murieron ahogados en la localidad de Santa Cruz.
De igual forma pereció Manuel Marín Navarro, de 82 años, vecino de la comunidad de Betania, en Siquirres.
Decenas de personas corrieron el mismo riesgo de ser sepultadas por aludes o arrastradas por la fuerza de los ríos desbordados y, de no ser por la pronta ayuda de sus vecinos, muchas familias más estarían lamentando muertes provocadas por las inusitadas lluvias que cayeron en las últimas 48 horas.
Creditos: Información elaborada por los periodistas: Emilia Mora, Irene Vizcaíno, Carol Cordero, Rodolfo Martín y Nicolás Aguilar. Asimismo, por Enoc Hernández y Carlos Hernández, corresponsales de La Nación en Turrialba y San Carlos, respectivamente. Igualmente, participó en la recopilación de los datos el colaborador de este matutino Olman Mora. Las fotografías son de Juan José Aguilar, Mariano Matamoros y José Rivera.