Un aparente lío pasional sería el móvil por el cual asesinaron entre la noche del lunes y el amanecer del martes a un oficial de la Fuerza Pública.
El hecho se produjo dentro de la vivienda del policía, en la urbanización Cocorí de Aguacaliente, Cartago.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó de que la víctima, identificada como Fernando Calderón Aguilar, de 57 años, estaba boca abajo. Con las manos y pies atados con un mecate y con heridas provocadas con arma blanca.
Los muebles de la sala se encontraban desacomodados como una señal de que al parecer hubo una disputa. En la casa no faltaban bienes y el fallecido tenía su billetera, el teléfono celular y otras pertenencias. Eso hace que se descarte el robo.
Al momento del hallazgo, el cuerpo tenía entre ocho a diez horas de fallecido, lo cual significa que el homicidio pudo ocurrir entre la medianoche a las 2 a. m. de este martes.
Para las autoridades, el homicida era una persona conocida por la víctima. Las puertas de acceso a la propiedad no estaban forzadas.
Calderón era soltero, vivía solo y no tenía hijos. En el Ministerio de Seguridad Pública informaron que desde noviembre del 2000 se desempeñaba como oficial de la Fuerza Pública. Estaba destacado en la delegación de Cartago.
Sin embargo, familiares precisaron que Calderón tenía 37 años de pertenecer al Ministerio de Seguridad. Explicaron que antes del 2000, este hombre se acogió a un programa de movilidad laboral y después lo volvieron a recontratar.
Incluso, mencionaron que durante la Administración Monge (1982-1986) perteneció al Batallón Relámpago, que fue entrenado en las instalaciones de la finca Murciélago en Guanacaste.
Era una persona que no registra antecedentes por faltas en el trabajo, informó Seguridad Pública.
Hallazgo.
María Mercedes Calderón Aguilar, hermana del fallecido, dijo que fue un vecino que alertó una situación anormal en la casa de Fernando.
Explicó que esa persona pasó y observó huellas de sangre en el corredor, por lo cual estuvo llamando a la casa de la víctima, pero como nadie salió, le fue a avisar a ella. Agregó que ambos estuvieron tocando en la vivienda, pero no hubo respuesta.
Posteriormente, como María Mercedes también trabaja como oficial de la Fuerza Pública, consultó en la delegación para saber si Fernando estaba trabajando.
"Como dijeron que estaba libre, ellos (oficiales de la Fuerza Pública) vinieron y abrieron el portón (de hierro del corredor). Cuando abrieron la puerta de la casa fue cuando vieron el cuerpo en la sala", relató.
Aviso de discusión
Carlos Hidalgo, vocero de prensa del Ministerio de Seguridad, dijo que el oficial salió de laborar el lunes en la mañana y debía reintegrarse este miércoles.
Agregó que el lunes a las 10 p. m. en la delegación de Cartago recibieron una alerta a través del Sistema de Emergencias 9-1-1 sobre una posible agresión y que la dirección suministrada en la llamada coincidía con la casa de Calderón.
Sin embargo, "los agentes asignados llegaron y revisaron, pero en la casa todas las luces estaban apagadas. No había nada anormal por lo cual proceden a comunicar que todo está normal y se retiran del lugar", agregó.
Vecinos consultados por La Nación alegaron que no escucharon nada anormal.
German Arias López, un vecino de Cocorí, dijo que la familia de Calderón fue una de las primeras que llegó a esa barriada hace más de 25 años.
"Era un persona muy querida aquí. Muy colaborador y sobre todo muy discreto. El día del partido (de fútbol) contra México hubo un cortocircuito en este poste (a unos 75 metros de la casa de Calderón) y todo el barrio se quedó sin luz.
"Aquí estaba todo el mundo esperando que arreglaran, pero la cuadrilla que vino a reparar el daño eran solo dos y entonces le pidieron a (Fernando) Calderón que ayudara. Parece que lo conocían y él les ayudó a subir las cosas. Así era siempre con cualquiera que ocupaba algo. Por eso lo apreciábamos", comentó.