“El capitán se arrodilló delante de ellos (del Ocean Warrior), diciéndoles que por favor nos dejaran recoger el equipo, el cual costaba mucho dinero. Ellos nos dieron una oportunidad si los acompañábamos al puerto de San José (en Guatemala)”.
Esa fue parte de la declaración que brindó al Ministerio Público el pescador Juan Carlos Reyes, quien iba a bordo de la embarcación Varadero I, junto con siete compañeros.
Reyes agregó que la tripulación que acompañó al capitán Paul Watson (unas 25 personas) les pidió que cortaran las líneas de pesca y que dejaran el equipo botado. En algunas de las líneas había tiburones en el anzuelo, por lo que Watson les señaló que debían liberarlos; pero no hubo pruebas de aleteo, dijo.
“Nosotros les indicamos que habíamos estado dos días al garete (varados) y la corriente nos había arrastrado, pero el capitán y el que hablaba español no nos hicieron caso y continuaban filmando”, relató.
Faustino Gómez, capitán de Varadero I, sostuvo que el Ocean Warrior intentó golpearlos seis veces y lo logró en la sétima ocasión.
“Quebraron la cabina y ocasionaron diferentes daños. Cuando intentaron golpear nuestra embarcación por octava vez, al ver que esa embarcación venía a toda velocidad, yo lo que hice fue echar para atrás.
”Nuestra tripulación comenzó a gritar, diciéndoles a ellos que si lo que querían era matarnos, que ya todo lo teníamos reportado a la base naval”, indicó.
Juan Carlos Reyes temió por su vida, ya que luego del golpe rodaron por el suelo de la cubierta.
El marinero Antonio Mena fue uno de los que resbaló y se lesionó el dedo pulgar de la mano izquierda. El capitán Gómez también sufrió varias lesiones, que lo incapacitaron 15 días.
“Cuando comenzó la persecución a nuestra embarcación, observamos por medio de unos binoculares donde izaban una bandera negra con una calavera blanca, lo que nos dio mucho miedo y comenzamos a pedir auxilio a la base naval y tratamos de salir a las aguas internacionales.
”Nos alcanzaron y empezaron a tirar agua y luces de bengala a nuestra embarcación”, sostuvo Reyes.
El informe que el conservacionista Paul Watson entregó a la Fiscalía señala: “Nosotros no usamos fuerza desproporcionada y ninguna herida fue causada o sufrida”.
Sin embargo, admite que se utilizaron mangueras de agua, pero nunca en contra de ningún tripulante del Varadero I.
Tras la colisión, “no hubo ningún daño significativo aparente”, señala el documento.