“El viernes 2 de setiembre marcó una historia en mi negocio y mi familia al enfrentarme contra dos delincuentes que ingresaron a asaltar”.
Esta fue la experiencia del dueño del local Súper Pizza, en Corales I de Limón. En la acción el hombre mató a uno de los atacantes y dejó herido a otro.
Según el comerciante, cuya identidad se protege por razones de seguridad, los sujetos dispararon para intimidar a los clientes.
El propietario del negocio afirmó que su respuesta fue inmediata porque estaban apuntándole con un arma a su hija de 13 años.
“¿Qué se puede pensar? Si no es la vida de uno, es la vida de algún cliente o la de la familia la que está en riesgo”, expresó.
Al igual que este limonense, otros ciudadanos repelieron asaltos a balazos este mes.
Mario Zamora, ministro de Seguridad, comentó que quienes se dedican a la criminalidad se exponen a ser atacados de esta forma.
“Las muertes siempre son lamentables, pero son situaciones en las que la persona que muere se convierte en un agente provocador de su propia muerte.
”Preferiríamos que estos hechos no se dieran, pero están contemplados dentro de la legislación, de actuar en defensa propia”, manifestó.
El Ministro agregó que los civiles armados corren el riesgo de que el objeto que compraron para defenderse se vuelva en su contra.
“La estadística es clara en que normalmente las armas operan más en contra de quien las posee que a su favor”, explicó Zamora.
Francisco Segura, subdirector del OIJ, dijo que un arma de fuego, por sí sola, no da seguridad a su dueño.
“Quienes se decidan a tener un arma de fuego deben cumplir con todos los requisitos y saber que se hicieron para matar. Es una responsabilidad muy grande”, advirtió.