Lapas, yigüirros, tucanes y loras talladas en madera se convirtieron en los nuevos húespedes del Parque Metropolitano La Sabana, en el corazón de la capital. Seis escultores le devolvieron la vida a los troncos de los árboles de eucalipto talados, de unos dos metros de altura.
Rendir un homenaje a la fauna del país y destacar el talento nacional es el objetivo del proyecto de Rearborización Parque Metropolitano La Sabana, gestor de la idea liderada por el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) y Scotiabank.
Tomaron el parque. Los artistas no solo llevaron en sus maletas las herramientas para dar forma a la madera sino también la esperanza de dejar una huella apoyados en su arte.
Germán Chema Quirós, de Palmar Norte; Randall Fernández, de la región Boruca y los hermanos Gilberto, Mauricio, Nidia y Yeimy Bell, de Santo Domingo de Heredia fueron los creadores.
Empezaron a esculpir desde las 7 a. m. hasta las 5 p.m., cada día, entre el 18 y el 22 de abril. Al cabo de ese tiempo, los troncos tomaron formas de aves nativas de Costa Rica.
Al final, se concretaron nueve esculturas, las cuales fueron bautizadas como: La lapa norteña, El vigilante, Orgullo de nuestra tierra, El sabio, Nuestra ave, Belleza para preservar, Reflejo de sol, Tótem Boruca Natural y Armonía de corazón.
Tres de los artistas se dieron a la tarea de trabajar cada uno en dos obras, las cuales reflejan su sentir por la naturaleza.
Exitoso trabajo. "Estamos muy satisfechos de ver finalizado y con éxito este proyecto de esculturas, porque es parte del esfuerzo de la comisión por hacer lucir la Sabana más atractiva para compartir en familia y educar a las nuevas generaciones", destaca Rocío Zamora, gerente de Relaciones Públicas y Responsabilidad Social de Scotiabank.
Para Quirós, la experiencia fue maravillosa, pues pudo darse a conocer como escultor.
"Recorrí kilómetros para estar aquí y me queda la satisfacción de conocer por primera vez este parque tan emblemático y trabajar con artistas que luchan por el arte", resalta este escultor del cantón de Osa.
Por su parte, Fernández, creador de la escultura Tótem Boruca Natural, asegura que participó en el proyecto porque es una vitrina para exponer las bellezas propias de las regiones indígenas de Costa Rica.
Por último, las hermanas Bell, quienes desde hace más de ocho años se dedican a la escultura y a la pintura, desean que sus obras inviten a la gente a visitar y cuidar la Sabana.
"El trabajo que hemos logrado nos ha permito enaltecer el componente ambiental de la Sabana así como su aporte educativo, recreativo, deportivo y cultural", dice Lisseth Villalobos, de Gestión de Proyectos de la Dirección Nacional de Icoder.
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