Cuando pensamos en tejer nos remontamos a aquellos recuerdos de las abuelas haciéndolo, tal vez sin valorar que puede ser una satisfactoria alternativa para invertir su tiempo libre.
Este arte unió a Milena Ríos y Kattya Calderón -ambas de 30 años- en su época de universidad cuando compartían un cuarto estudiantil. Tenían en común a madres costureras, por lo que no les era tan ajeno el tema y eso las llevó a buscar formas de ir desarrollando y creciendo en las técnicas.
Milena es originaria de Jacó y cuenta que aprendió a hacer sus primeras "puntadillas" en las clases de hogar de la escuela. Años después, le entró la curiosidad por aprender más y encontró en tutoriales de YouTube un mundo de ideas, técnicas y posibilidades para desarrollar este gusto.
Actualmente trabaja en un call center y teje mientras atiende las llamadas con el manos libres, actividad que genera una reacción de sorpresa y curiosidad en sus compañeros.
"Siempre me dicen que qué bonito, que solo recuerdan a sus abuelas hacerlo, por eso les llama la atención verme y hasta me piden que les teja prendas", añadió.
"Cuando tejemos se deja un poco de sí mismo. Cada hilo forma parte de uno y al terminar un proyecto, verlo completo y después poder entregárselo a alguien más, es muy especial porque justamente es entregar una parte de uno", dijo Ríos, mientras demostraba mucha emoción.
Su amiga Kattya Calderón comparte cada palabra , y asegura por su parte que es un hobby que la relaja mucho y que se crea una conexión muy especial con lo que se está creando al ir pensando en los colores, en las técnicas, a quién le será útil y dándole forma.
"Ver una pieza terminada que salió de un rollo de lana es súper satisfactorio, es hacer algo sabiendo que no va a quedar guardado sino que ayudará a alguien más", explicó Calderón.
Ambas participaron del segundo Encuentro de Tejedores que se realizó el pasado 29 de octubre llamado 'La Manta de la solidaridad'. Aquí se unieron tejedores a confeccionar mantas para ser donadas a indígenas de la zona de Talamanca.
"La Manta de la solidaridad" es una iniciativa de la artista textil Alejandra Gutiérrez de AG artextil, quien también ofrece clases de tejido en grupo o individuales, así como programas de empoderamiento a mujeres de escasos recursos.
"Promovemos el poder de cada persona, no sólo como una terapia, sino como un nuevo sistema de vida a través del tejido, así como un apoyo a la economía familiar de las integrantes de escasos recursos del programa", detalla Gutiérrez.
"Es un pasatiempo que deja un producto final que se puede entregar a alguien más. Esta oportunidad sirvió para unir y dárselos a los indígenas, pero hay muchas formas más de hacerlo como a hogares de ancianos, niños, regalos personalizados a familiares y más", dijo Yolanda Murillo, quien para esta actividad entregó 90 cuadros de 25x25 centímetros que confeccionó desde marzo.
Las tejedoras defienden aspectos del amor y unión entrelazando con otros, en esta oportunidad con pueblos originarios.
Si tiene habilidad para las manualidades no pierda la oportunidad de probar este pasatiempo que promete devolverle mucha satisfacción.