Cada vez son más los costarricenses que se aventuran a visitar el país del norte y explorar este destino turístico que está en pleno ascenso. Nicaragua tiene mucho que ofrecer.
Llegar a la capital, Managua, toma menos de una hora en avión. Esta cercanía y los buenos precios han llamado la atención de los turistas nacionales. La demanda ha sido tal que la aerolínea costarricense Nature Air recientemente incorporó un segundo vuelo diario en la noche, por lo que puede ir y volver el mismo día o darse una escapada el fin de semana.
"En diciembre anunciamos los vuelos diarios a Nicaragua, pero hemos tenido mucha demanda de los clientes que desean viajar a este maravilloso destino, gracias a nuestros precios bajos, por eso es que ampliamos a dos vuelos diarios, uno en la mañana y otro en la noche para confort de los pasajeros", afirma Nelson Vega, director comercial de la aerolínea.
Perfil le trae algunas sugerencias para aprovechar al máximo su visita a la hermana nación del norte. Ya sea que vaya por placer o negocios, se sorprenderá de todo lo que hay por hacer. Por ejemplo, si su reunión de trabajo concluye a las 10 a. m., son muchas las opciones turísticas que puede realizar antes de emprender el viaje de regreso, a las 7 p. m.
Al llegar al aeropuerto Augusto C. Sandino, en Managua, se abre un mundo de posibilidades donde podrá entrar en contacto con sus bellezas naturales, deportes extremos, la amabilidad de su gente y un enorme bagaje histórico y cultural.
Nuestra primera parada es la ciudad de Masaya, conocida como la capital del folclor nicaragüense, y que se ubica a tan solo media hora del aeropuerto por una carretera en perfectas condiciones.
La principal atracción ahí es el Mercado Nacional de Artesanías, que se ubica en la construcción que una vez albergó el Mercado Popular. "Durante la revolución militar, en 1979, un cohete cayó en medio mercado, destruyendo buena parte del mismo, por lo que fue abandonado por años", explica el guía turístico Edgard Balladares. Hoy, el lugar florece de la mano del talento de su gente.
Ahí podrá adquirir esculturas, pinturas, hamacas, cerámicas, sombreros, artículos de cuero, y souvenirs que reflejan el colorido de la identidad nicaragüense. Los precios son bastante accesibles y, como tip, los guías recomiendan que regatee un poco.
Con su nuevo bolso de cuero cargado de recuerdos, puede seguir su viaje al siguiente destino: el Mirador Catarina, donde lo espera la imponente laguna volcánica de Apoyo que sin duda sorprenderá y la dejará sin aliento.
Desde el mirador, se puede admirar la belleza natural de la laguna, rodeada de verdes parajes y a lo lejos, surge la ciudad colonial de Granada y más allá el lago de Nicaragua.
Tome un momento para sentarse en el mirador y disfrutar de la vista sin igual. Podrá observar su forma casi circular con un cráter de unos seis kilómetros de diámetro. Deje que la fresca brisa la llene de energía y que el fuerte viento la despeine. A eso fue a lo que vinimos.
Este lugar fue declarado como reserva natural en 1991 y se ha convertido en parada obligatoria de los visitantes y es fácil ver el por qué.
El Lago y Granada
A poco más de media hora en carretera, se llega a la ciudad de Granada. Un vistazo rápido basta para querer conocerla más y darse cuenta porque todos los turistas quieren ir ahí.
Sin embargo, decidimos seguir directo con la promesa de regresar más adelante. Primero, exploraremos el Lago de Nicaragua.
A bordo de un bote motorizado, se pueden recorrer y admirar sus bellos paisajes, así como observar a la distancia volcanes como el de la Concepción, en la isla de Ometepe o el Mombacho, con su imponente presencia.
También se pueden ver múltiples especies de aves como el gavilán pescador que se lanza a cazar algún distraído guapote, de los que abundan en sus aguas.
Durante el recorrido podrá contar innumerables pequeños islotes con lujosas residencias e incluso toparse con alguno que esté a la venta.
De regreso a Granada. Piérdase en sus calles adoquinadas y recorra esta histórica ciudad colonial. Sus iglesias antiguas, casitas multicolores y la hermosa arquitectura le harán viajar en el tiempo.
Es imprescindible recorrer la calle de La Calzada, la más popular de la zona, poblada de restaurantes, bares y tiendas.
Destino de playa y sol
En este punto, es probable que ya se haya enamorado de Nicaragua. Para reafirmar ese amor a primera vista, ¿qué tal un fin de semana de sol, arena y esparcimiento? San Juan del Sur abre todas las posibilidades. Desde Granada, el transporte le tomará poco más de una hora.
Rodeada por dos cerros, la Bahía de San Juan del Sur alberga la ciudad playera más visitada por turistas. Su casco urbano burbujea con hoteles, hostales, mercados, restaurantes, cafeterías y tiendas de surf. Al acercarse al mar, podrá elegir entre avistamiento de ballenas, canopy, yoga, buceo, cabalgatas o surf. Entre sus playas de ambiente silvestre destacan Maderas (la más cercana y poblada) y el Refugio de Vida Silvestre Playa La Flor, de belleza incalculable.
Esta ciudad puerto es vigilada por una estatua de fibra de vidrio de 24 metros del Cristo de la Misericordia; el símbolo de San Juan del Sur, que se extiende a 110 metros sobre el nivel del mar y se aprecia desde la playa en lo alto de una colina. Fue creada por el artista costarricense Max Ulloa.
Atardecer en Playa Maderas, San Juan del Sur, Nicaragua.
El plan ideal para una tarde relajada involucra disfrutar de una Toña o Victoria (cervezas nacionales) o un delicioso coctel Macuá (a base de ron y maracuyá) mientras avista el oleaje de la bahía y degusta la gastronomía nicaragüense.
Maratónicas fiestas de verano
Es domingo en San Juan del Sur y grupos de jóvenes enérgicos se pasean con camisetas de todos los colores con letras. "Sunday Funday Pool Crawl", se lee. En San Juan del Sur el final de la semana se aprovecha al máximo con una fiesta masiva en varias piscinas.
Sunday Funday es un día de sol y risas que inicia al mediodía en el hostal Pachamama, sus dueños, junto con los administradores del hostal Naked Tiger, son el comité organizador de este evento que existe desde el 2013 y nació como una forma de mantener a los turistas un día extra en el paraíso del sur del país.
Experimentar el Sunday Funday tiene un costo de $30 e incluye el ingreso y transporte a cuatro locaciones con piscina y una camiseta del evento. Es la oportunidad perfecta para disfrutar de una fiesta sin precedentes y ver la hermosa bahía desde distintas perspectivas pues las piscinas en la que se lleva a cabo el evento tienen vistas espectaculares.
Los participantes tienen entre 18 y 30 años, pero Chris Burton, organizador, asegura que de vez en cuando llegan parejas o personas de hasta 65 años. La fiesta se realiza alrededor de distintas piscinas y reúne entre 250 y 300 personas durante unas 14 horas. Los organizadores trabajan con varias instituciones benéficas a quienes les entregan parte de las ganancias de los domingos fiesteros.
Recuerdos para llevar a casa
De regreso a Managua y antes de ir al aeropuerto, puede visitar el puerto de Salvador Allende, lugar que alberga restaurantes de comida internacional, bares y discotecas y le ofrece un paisaje inolvidable para despedirse del vecino país al son del viento.
Cuando sea hora de parir a casa, el vuelo de regreso con Nature Air guarda una última sorpresa. Si tiene la suerte de viajar en una noche de luna llena, no pierda detalle del paisaje por su ventaja.
La intensa luz del satélite se refleja en las apacibles aguas del lago, creando un hermoso espectáculo. Eso no es todo. Los luminosos rayos se adentran en los densos bosques entre ambos países como hilos plateados dibujando el curso de los ríos. Magia sin ingredientes artificiales.