Danna García no recuerda cuántas veces -siendo una niña- tuvo que dejar sus juguetes a un lado para estudiar y aprenderse un guión. En ese entonces a lo que más jugaba era a ser otra persona y con varias cámaras al frente… Así es la actuación.
Sin embargo, al final del día se sentía feliz pues actuar era algo que desde pequeña le gustaba. Por eso, precisamente, hoy puede decir con plena seguridad que la actuación la escogió a ella y le hizo un espacio que poco a poco fue haciéndose más grande y que incluso la catapultó como actriz a nivel internacional.
De Pasión de Gavilanes solo puede estar orgullosa y agradecida con el público, ese al que se debe y por el que trata de ser mejor profesional cada día. Confiesa que nunca imaginó que volvería a ponerse las botas y el sombrero de Norma Elizondo, mucho menos dos décadas después, pero tiene plena seguridad de que esas son las sorpresas bonitas de la vida y que, al fin y al cabo, son un reflejo de lo importante que es la audiencia para los actores.
A sus 44 años, siendo madre del pequeño Dante, con varios proyectos en puerta y pasando la página de la covid-19, la actriz hace un recorrido por su carrera, sus personajes “del corazón” y lo que significa la palabra gratitud en su vida, en la siguiente entrevista.
¿Qué significa Pasión de Gavilanes para Danna?
–Yo creo que fue afianzar mi profesión, mi carrera a nivel internacional. Cuando participé en Café con aroma de mujer tuve esa sensación de una carrera internacional gracias a la gran proyección que tuvo; y al hacer Pasión de Gavilanes fue como afianzar eso de alguna manera y abrir una puerta muy importante que quedó abierta a un nivel mucho más grande, gracias a los 300 países o no sé ni cuántos países pudieron ver la novela.
¿Pensaste que un día volverías a dar vida a Norma?
–Pues mi experiencia me decía que no se repiten los personajes. No era algo que para mí era posible que pudiera pasar, yo pensaba que no iba a volver a darse. Entonces, fue una gran sorpresa que ese personaje fuera inmortal, que el proyecto fuera temporal y pudiera seguirse viendo a pesar de los años y que después de tanto tiempo pudiéramos seguir grabando con la misma sensación, llegando a nuevas generaciones, vibrar con Norma de la misma manera que vibró hace 20 años. Fue una enorme sorpresa y un regalo muy bonito de la vida poder retomar un personaje que nunca imaginé.
¿Quién es Norma Elizondo para Danna?
–Una mujer que me ha dejado muchos recuerdos, muchas satisfacciones y la posibilidad de contactar con muchas personas en partes diferentes del mundo. Yo siento que los personajes siempre te dejan algo; es decir, son maestros, porque aprendes de ellos, de la experiencia, y también de lo que pasa detrás de cámara porque finalmente marcan un momento de la vida de uno como persona.
“Además, el momento en el que se graba siempre es una experiencia única en la vida de uno como persona, entonces yo por Norma siento muchísimo amor y le tengo una enorme gratitud y sentí una gran nostalgia cuando terminé el proyecto”.
¿Cómo ha cambiado la Danna de hace dos décadas atrás?
–No sé si lo correcto es decir que siempre empezando de cero, porque cada vez que comienzo un proyecto empiezo de cero a redescubrirme y a vivirlo con muchísimas inquietudes, siempre tengo muchísimas preguntas para mis directores y guionistas, como si fuera la primera vez y eso no ha cambiado. Pero evidentemente en este tiempo he crecido como actriz, como persona, he tenido otro tipo de fogueos, he trabajado en varios países, he hecho varios géneros, diferentes tipos de personajes y yo creo que todo eso te da como un trasfondo que de alguna manera para ser actores necesitamos esas vivencias que nos llenan cada vez más para poder interpretar roles y eso te da el tiempo: la oportunidad de crecer.
¿Hay algún personaje en específico que te haya marcado?
–Es tan complicado responder eso porque cada proyecto hace mella en mí y son parte de mí, son muy propios, te entregas a ellos. Además, a nivel personal, yo estaba pasando por diferentes etapas cuando interpreté cada personaje; o sea, yo también estaba en ese proceso de crecimiento y de entender las cosas que estaban pasando en mi vida, entonces por eso todos son especiales porque todos han dejado alguna marca indeleble y que me hacen recordar y evocar momentos que no solamente tienen que ver con el ámbito profesional sino con el personal.
“A mí me cuesta muchísimo trabajo olvidarlos; y es raro que yo no me acuerde de un personaje y que me tenga que preguntar: ‘¡Ay!, ¿cuándo habré hecho ese proyecto? yo no me acuerdo’. Eso sí, hay algunos más de mi corazón por razones puntuales, pero en realidad todos todos me han marcado”.
“Ahora me gusta hablar de una nueva etapa, una constructiva y en gratitud, y uso esa palabra porque la descubrí hace no mucho y creo que simboliza muy bien lo que yo siento: gratitud por la vida, por las experiencias vividas, por el crecimiento que nos ha dejado esta experiencia y muchas otras”.
¿Cuáles son esos personajes del corazón?
– A mí me gustó mucho Bella calamidades porque yo duré cuatro años pidiéndole a Telemundo que lo grabáramos y ellos solo me decían que no, que ese proyecto ni siquiera lo tenían pensado, entonces claro cuando ya me dice el productor: ‘Danna te tenemos una sorpresa: vamos a hacer Bella calamidades y tú vas a ser Lola’, yo dije: ‘voy a hacer fiesta’, porque yo me acuerdo que siempre les decía: ‘por favor lo tienen que hacer, por favor yo lo quiero hacer’.
“Y yo estaba detrás de ese proyecto porque yo lo vi cuando era muy niña y yo me enamoré y era una fan; y claro, cuando ya la van a hacer y me dicen, yo creo que eso me marcó mucho.
“También tengo que mencionar una de México, porque para mí hacer a la Monita en Un gancho al corazón ha sido algo demasiado especial yo no lo puedo sacar de mi corazón, lo recuerdo con tanto amor porque ese fue mi primer proyecto grande en México y marcó muchos momentos para mí y yo la amo y la amaré siempre a esa Monita… a veces la veo y yo digo: ‘Cómo me gustaría volver a grabar, hacer una segunda temporada’. Fue fantástico, me encantó”.
“La actuación me eligió”
¿En qué momento te diste cuenta que esto era lo tuyo?
–Tal vez fue al revés, tal vez la profesión me escogió a mí. De verdad que creo que fue así y no yo a ella, porque yo era una niña cuando empecé actuar, yo tenía cinco años y a esa edad uno no escoge, uno no juega porque tiene muchísima más responsabilidad de adulto que un niño normal. No tenemos horarios, tenemos compromisos, hay que aprenderse un guión, hay que seguir instrucciones, estamos rodeados de personas, no hay que distraerse, entonces de alguna manera se madura a la fuerza.
“Entonces al haber empezado a actuar siendo tan niña no sé en qué momento se dio esa decisión, por eso yo pienso que fue un poco al revés: yo creo que el destino me escogió a mí o ya me lo tenía guardado o no lo sé… lo que sí sé es que tuve la oportunidad, en un momento, de dejarlo, porque yo quería dedicarme a estudiar en la universidad y lo hice, me fui a la universidad a estudiar otra carrera.
“Sin embargo, no me pude retirar, a los meses ya estaba otra vez grabando. Entonces estudiaba y trabajaba, como muchas de las personas que tenemos que estudiar y trabajar para poder salir adelante. Yo era una de esas.
“Estudiaba comunicación social pero no terminé. Luego me fui a vivir a Miami para hacer otra novela en Estados Unidos y estando ahí homologué materias y empecé a estudiar administración de empresas, pero tampoco terminé. Nunca hice una tesis, entonces nunca obtuve el diploma, pero en mi corazón yo tengo mucho de administradora y mi papá es un administrador, entonces también eran como esas ganas de seguir los pasos de mi papás.
“Más adelante decidí mejor irme a Nueva York a estudiar arte dramático”.
Fuiste una de las primeras actrices en contagiarse de covid-19 y en hacer público el proceso…
–Creo que tiene que ver con el momento en que se dio, porque yo fui una de las primeras en contagiarme. Yo he hecho público mi proceso y lo que pasé ya lo dejé un poco de lado. Ahora me gusta hablar de una nueva etapa, una constructiva y en gratitud, y uso esa palabra porque la descubrí hace no mucho y creo que simboliza muy bien lo que yo siento: gratitud por la vida, por las experiencias vividas, por el crecimiento que nos ha dejado esta experiencia y muchas otras. Y creo que aprendo de las lecciones de vida y que esa fue una muy importante.
Ahora que hablamos de la gratitud, ¿qué es lo más gratificante de tu trabajo?
–Creo que el cariño de la gente, eso es algo verdaderamente especial y único. Esta profesión te da esa oportunidad de llegar a muchos hogares del mundo: donde hablan diferentes idiomas, donde hay diversas formas de vivir, religiones y culturas diferentes, pero recibir ese cariño es, de alguna manera, como tocar a las personas.
“Es que eso es lo bonito que tienen estos proyectos en los que he trabajado. A mí realmente me han tocado muchos proyectos hermosos, con mensajes lindos, con personajes empoderados, positivos, constructivos y poder tocar a las personas -no necesariamente físicamente pero si llegarles a cualquier parte del mundo donde estén- y que te digan: ‘yo cambié cuando vi tu proyecto’, o ‘estaba en una situación personal así como tu personaje y tal y me cambió la vida’, es como tan mágico…
“Yo recibo tantos comentarios tan bonitos que puedo decir que eso es lo que a mí más me llena y eso es absolutamente gratificante porque de alguna manera nuestros proyectos se graban y ahí quedan para siempre y se siguen viendo y eso es una bendición muy grande que podemos tener todas las personas que trabajamos en el mundo del entretenimiento.
“Mi mamá (Claudia Osuna) es cantante y fue una cantante muy famosa y siempre me dijo: ‘Danna, es un regalo de la vida y es un honor que las personas te sigan y te quieren por tu trabajo. Valóralo, quiérelo, respétalo y acógelo’; y yo creo que sí, mi mamá tenía toda la razón, esto es mágico”.
Entonces, ¿todo se lo debe al público?
–Totalmente. Nosotros trabajamos para el público. Es que nuestra función es entretener, los actores estamos para eso, para crear algo diferente, para llevar momentos de felicidad, de distracción para hacer personajes entrañables, para desdoblarnos y crear algo le permita a la audiencia desconectar y olvidarse de sus problemas o de las cosas que estén viviendo. Creo que esa es la escencia de todo.
Ahora me mencionabas que muchas mujeres que estudian y trabajan, pero hay otras que a ese doble rol le suman la maternidad…
–Sí. Muchas somos mamás, trabajamos y estudiamos. Yo creo que por eso dicen que somos multitasking y para mí ha sido tan bonito...
“Debo decir que mi primer gran acercamiento a la labor de la mujer no fue necesariamente en mi casa, obviamente ahí están mis abuelas, mi mamá y hay roles, pero qué admiración tan grande es llegar a grabar a las cuatro o cinco de la mañana y encontrar a todas las mujeres que trabajan en el equipo técnico como producción, maquillaje, vestuario y que ya dejaron el desayuno hecho, el almuerzo listo y la comida para sus hijos.
“Son mujeres que trabajan, crían a sus hijos, tienen marido y llegaban de grabar a las 10 u 11 de la noche a limpiar la casa, a lavar la ropa, a hacer la comida para el otro día volver a irse a las cuatro de la mañana. Estas mujeres maravillosas representan lo que somos nosotras en el mundo.
“Y esa es la realidad de las mujeres: somos mamás, hacemos familia, hacemos millones de cosas y yo por eso no me puedo quejar nunca, porque yo hago con amor todo y le dedico tiempo a mi hijo, lo visto, lo arreglo y lo llevo al colegio, y ya luego me voy a trabajar.
¿Qué significó la llegada de Dante a tu vida?
–Cambió totalmente mi vida para traer mucha felicidad. Tener a Dante era un sueño; Dante fue un niño muy deseado, lo pedimos con mucha ilusión y definitivamente cambió mi día a día. Ahora él es mi prioridad, es mi ilusión y yo creo que los hijos terminan siendo el motor de vida de los padres y las madres, y para mí Dante es un motor, mi motor.
Me contabas que has tenido una vida muy ajetreada por tu trabajo, pero ¿cambiarías algo de lo que te ha tocado vivir?
–Creo que uno no se arrepiente, sino que hay cosas que a lo mejor debiste haber hecho o intentado antes, o sueños que en el momento por estar haciendo otras cosas dejas de lado.
“En mi caso, yo no me arrepiento de lo que he hecho; tal vez, termino arrepintiéndome de lo que no hice, porque me hubiera gustado hacer muchas más cosas, haber disfrutado mejor ciertos momentos. Entonces, creo que más que todo pienso que no me termino arrepintiendo pero sí extrañando y pensando ‘¡Ay! si hubiera hecho tal cosa…’. Así que yo siempre le digo a la gente: vivan, crezcan, construyan. Hay que aprovechar cada momento”.
Entonces, ¿cuál sería un consejo para las jóvenes?
–Creo que nunca hay que dejar de soñar y luchar por las cosas que uno ama, no dejarse vencer por los no, por los obstáculos. La vida es un camino, es largo y hay que ir construyendo los sueños hacia la felicidad; y como dicen que la felicidad son pequeños momentos, deberíamos ir en busca de concretar esos sueños, y valorar y disfrutar enormemente esos momentos que nos da la vida. Creo que la realización personal y los sueños son una oportunidad que te da vida, porque al final esa es la vida misma.
Novelas en las que ha actuado
Imagínate (1987)
Al final del arco íris (1989)
Azúcar (1989)
La otra raya del tigre (1992)
Café, con aroma de mujer (1994)
Victoria (1995)
Al norte del corazón (1997)
Perro amor (1998)
Háblame de amor (1999)
La revancha (2000)
Pasión de gavilanes (2003-2004)
Te voy a enseñar a querer (2004-2005)
Corazón partido (2005-2006)
La traición (2008)
Un gancho al corazón (2008-2009)
Bella calamidades (2009-2010)
Alguien te mira (2010-2011)
Qué bonito amor (2012-2013)
Las amazonas (2016)
Por amar sin ley (2018)
El señor de los cielos (2019-2020)