Todas hemos experimentado esa sensación de levantarnos un día más pesadas, y aunque suene solo a percepción, en realidad sí sucede. En algunas ocasiones, el proceso natural del cuerpo se desequlibra y el organismo empieza a retener agua.
La buena noticia es que ese aumento temporal es simplemente eso, temporal, y es agua, no grasa. Si tiene buena salud, ese aumento es normal y con frecuencia se puede atribuir a algo que comió o dejó de comer.
El cuerpo usa un sistema complejo que incluye hormonas y minerales para mantener el equilibrio adecuado. Pero a veces la balanza se inclina temporalmente y es cuando se levanta por la mañana con las manos y los ojos hinchados, se sube a la báscula y de repente tiene tres libras más que lo que tenía ayer.
¿Por qué sucede?
Las causas son variables y están altamente relacionadas con lo que ingirió el día anterior. Por ejemplo, si come alimentos muy salados el cuerpo hará lo necesario para “diluir la sal”, principalmente reteniendo líquido. Pero también puede ocurrir si come alimentos con alto contenido de carbohidratos refinados que elevan rápidamente la insulina, lo que provoca que el cuerpo retenga sodio y líquido.
“En el caso de las mujeres, los cambios hormonales que se producen con los ciclos mensuales también pueden llevar a un aumento de peso por el agua, frecuentemente en el rango de uno o dos kilos que pueden quedarse por una semana o más.”, explica Ana Cristina Gutiérrez, asesora nutricional de Herbalife Nutrition.
Según Gutiérrez puede solucionarse con algunos cambios sencillos en la dieta, sin embargo, hay condiciones médicas y ciertos medicamentos que pueden provocar la retención de líquido, por lo tanto, si la retención de líquido es frecuente o prolongada es importante acudir al médico.
Consejos para evitar la retención de agua
- Disminuya el consumo de sal. Consuma alimentos que estén lo más cerca posible de su estado natural. Reduzca los bocadillos salados, sopas, condimentos y salsas, y utilice el salero ligeramente al cocinar y en la mesa.
- Disminuya el uso de almidón refinado y dulces. En lugar de usar carbohidratos altamente refinados, como pan blanco, pastas normales y arroz blanco, use una variedad de granos. Cambie las bebidas azucaradas por agua o té.
- Beba mucha agua. Beber líquidos ayudará al cuerpo a eliminar el exceso de sal y agua. Intente consumir de 6 a 8 vasos diarios.
- Incorpore el potasio. Intente comer más frutas o vegetales que contienen potasio en cada comida o bocadillo.