“Buenos días, hoy es la primera clase en la universidad, así que Get ready with me o alístense conmigo para ir al primer día”. Acto seguido, el joven que hizo en TikTok un video del popular trend, mostró una camiseta tipo polo de color gris adornada con unos diseños indígenas, especialmente de la comunidad ngäbe de Costa Rica.
El outfit lo completó con un jeans de color celeste y una colorida pulsera indígena hecha a mano. Así fue el primer día de estudios en la Universidad Nacional (UNA) de Julio Jiménez, quien tiene 19 años y es oriundo del territorio indígena La Casona, de San Vito de Coto Brus.
Hace poco más de una semana, Julio dejó a su madre doña Edilsa, su papá don Heliodoro y a su hermanita pequeña Edilsa, para aventurarse a una realidad totalmente alejada de su vida en el campo y la venta de artesanías, gallinas y tortillas. Ahora, Julio es todo un estudiante becado de la UNA.
Gracias a la beca que recibió, Julio debió de trasladarse a la sede del centro de estudios que está ubicada en Pérez Zeledón. Allí comparte cuarto con un compañero, también cocina su propia comida y se dedica a asistir a clases. Pero además, en medio de todas las responsabilidades, ha sacado el tiempo para convertirse en un influencer muy particular, que muestra con orgullo sus raíces y su cultura.
Es así como con pequeños, pero interesantes videos en la plataforma digital, Julio, por medio del usuario @jimenez_blog le ha contado a sus seguidores cómo se ha ido adaptando a los cambios, y la emoción que siente por haber ingresado a la casa de enseñanza. Los videos de Julio se han convertido en toda una sensación en redes sociales, algo que él no se esperaba, pero que ha adoptado como una responsabilidad.
Julio, un ejemplo de constancia y ganas de salir adelante
Los estudios de escuela y colegio los realizó el joven en su comunidad. En sus tiempos libres ayudaba a sus padres en los quehaceres del hogar y también en las ventas. Sin embargo, el sueño de este muchacho ha sido prepararse académicamente para apoyar a su pueblo.
Este año fue el tercer intento de Julio para ingresar a la universidad. Las otras dos veces no pasó el examen de admisión, pero eso no fue impedimento para que lo siguiera buscando. Narró que en el lugar que vive no hay mucha oportunidad de prepararse para hacer los exámenes. Dijo, además, que no hay conexión de Internet, así que se vuelve más difícil estudiar. Narró que, para esta última ocasión, se reunió con un primo en la casa de una compañera que vive fuera de la reserva, así que entre ellos hacían pruebas de preguntas y respuestas.
El alumno dijo que, quizá, no pasar las primeras dos pruebas fue algo positivo, ya que antes se había decantado por estudiar administración; sin embargo, en esta ocasión optó por una profesión más acorde a su experiencia como persona indígena. “Donde yo vivo hay ayuda del Estado, pero no es suficiente. Yo pensaba que quiero hacer un proyecto y estudiar para generar empleo en mi comunidad. Muchas veces busqué trabajo y no encontré. Me decidí estudiar turismo porque en mi comunidad hay muchos lugares que pueden aprovecharse”, comentó en una entrevista con La Nación.
Por dicha intención de ayudar a sus vecinos, la emoción de Julio fue muy grande cuando recibió la noticia de que había sido aceptado en la UNA. La algarabía aumentó cuando le informaron que recibiría una beca que lo impulsaría a cumplir sus sueños.
LEA MÁS: La maleku sensación en TikTok: Hiqui comparte sus secretos ancestrales en redes sociales
La buena noticia también tomó por sorpresa a su familia. “Es muy bonito y muy triste a la vez, son muchos sentimientos. Mi mamá y mi papá estaban muy felices, pero cuando pensaron en que me tenía que ir de la casa también hubo tristeza. Pero poco a poco nos vamos acoplando”, afirmó.
Las enseñanzas de sus padres han sido muy efectivas para que Julio afronte esta oportunidad con madurez. El muchacho contó que en su casa siempre les han enseñado a él y a su hermana a ser responsables e independientes, algo que ahora lo está aplicando desde lo que se convirtió en su segundo hogar.
La experiencia de Julio en la residencia de la UNA ha sido muy buena. En sus videos él ha mostrado cómo se la ha jugado bastante bien con la cocina, así como en sus primeras clases. Los comentarios de los posteos han sido muy positivos, muchas personas le escriben al muchacho diciéndole que es un ejemplo de perseverancia.
Sin embargo, como todo nuevo reto, separarse de sus papás y vivir fuera del hogar era algo que lo tenía muy preocupado. Pese a eso, aseguró que al llegar a la universidad se encontró con muchos compañeros que estaban en una situación similar a la de él, así que se ha sentido bien acompañado. “Empezamos a presentarnos, a decir qué estudiamos y de dónde venimos. Comemos juntos, uno pone el café y el otro cocina. Me he sentido muy feliz”, aseveró.
El ngäbe que conquistó las redes sociales
Julio estudia Gestión empresarial de turismo sostenible. Su primera clase fue Ecología indígena, así que se sintió muy afín. Contó que al ser indígena y haberse mostrado muy orgulloso por sus raíces, sus compañeros comenzaron a realizarle preguntas sobre su cultura.
Por esa misma razón es que sus videos han calado en el público. “En Costa Rica hay muchas culturas y eso es muy bonito. Amo ser de mi cultura, amo mi propio idioma, mis artesanías y mis comidas. Hay mucha gente que piensa que al ser indígena uno vive mal y eso nos afecta (...) Hay personas indígenas que por el bullying niegan sus raíces. Pero al conocernos se dan cuenta de que también podemos lograr mucho”, manifestó.
Eliminar estereotipos es precisamente lo que quiere hacer Julio en sus redes sociales, algo que se le da muy bien. Él tiene soltura frente a la cámara, además de que es sencillo y muy natural.
Julio contó que desde hace mucho tiempo sentía curiosidad por las redes sociales, por lo que cuando cerca de su casa lograba conseguir un poquito de señal de internet, subía videos a la plataforma contando cómo es la vida de un indígena. Así fueron sus primeros pasos. Confesó que desde hace tiempo pensaba en ser youtuber, pero por las dificultades de conexión nunca lo logró. Sin embargo, ahora tiene todo a la mano para ser un verdadero influencer, de esos que usan sus medios para inspirar.
Un amigo de Julio le recomendó que cuando entrara a la U hiciera un Get ready with me y así fue como se dio a conocer. “Ya hay alguna gente que me conoce. Fui al centro de Pérez Zeledón y en el supermecado me decían que yo era el Tiktoker. En la universidad también me van reconociendo, hay quienes me saludan, aunque también hay otros no me hablan. Yo me siento muy extraño con todo esto, no me la creo todavía”, expresó con una notable sinceridad.
Así, Julio seguirá contando al mundo sus aventuras universitarias, siempre llevando como bandera la exposición y el respeto por su sangre ngäbe.