El juego más importante para la afición no merece peros; una excusa es una bofetada para una afición que espera este partido con ansias locas. Una derrota no puede ser disfrazada con el estoy pensando en Concacaf o con el decir que jugué con un equipo algo alternativo.
Tanto Jeaustin Campos como Óscar Ramírez escogen sus planillas cada torneo y si estos jugadores están allí es porque pueden rendir. Al final, el perdedor o el ganador es la institución como tal.
Justificarse con que este clásico no define nada, es ser ignorante de lo que reviste este juego. ¡A jugar!
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