São Paulo, Brasil. Ahora sí, Costa Rica está en Brasil.
El reto más grande en la historia del fútbol costarricense está mirando al país cara a cara.
Con la llegada de la Selección a territorio mundialista, anoche a las 8:42 p. m. (hora tica; 11:42, local), lo que era un sueño, se volvió realidad.
Cualquier protocolo que se tomara en el campamento en Costa Rica, o incluso en la reciente gira a Estados Unidos, era cualquier cosa. Hoy ya se está dentro de la esfera de la FIFA.
La simple visión de los futbolistas ticos en traje entero bajándose en la pista del aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo, fue la última señal de que el Mundial para la Tricolor ya empezó.
Sin embargo, el arribo se vio opacado por los inconvenientes que tuvo la prensa costarricense y por la decepción de unos 40 aficionados, quienes llegaron a recibir a sus ídolos y no pudieron ni siquiera ver el bus de la Sele .
Aunque eso no es culpa de los jugadores. Ellos, felices de aterrizar en Brasil, simplemente lo que quieren es saltar a la cancha.
“Venimos muy mentalizados y tranquilos, pero esperando saltar a la cancha para que empiecen esos nervios mundialistas”, aseguró el delantero Joel Campbell.
Entre los seleccionados solo pudo hablar el joven ariete, debido a disposiciones de FIFA. Así que él se acuerpó para reafirmar, una vez más, el compromiso con el que viajaron a Suramérica.
“La única forma de cumplir es darlo todo en la cancha y echar todas las pelotas y sacar los resultados. El compromiso de este grupo es grande”, aseveró Joel.
Ilusión de Pinto. Campbell tiene 21 años de edad, es natural que apenas se preste a debutar en un Mundial; pero también vivirá su primera experiencia en una cita planetaria de nivel mayor el entrenador Jorge Luis Pinto.
A sus 61 años, el colombiano guarda la misma ilusión que el miembro más joven de esta Sele .
“Se me cumple un sueño a mí, a los jugadores, y al pueblo de Costa Rica. Ojalá que sea el mejor Mundial de la historia y que nosotros podamos hacer un gran papel”, adujo el técnico, el otro miembro de la delegación autorizado para hablar con los medios anoche.
Tras esas pocas palabras, subieron al autobús que los llevaría a la ciudad de Santos, donde se ubicará el campamento base en lo que dure la participación del equipo patrio.
El vehículo luce la frase “Mi Pasión: el Fútbol. Mi Fortaleza: mi Gente. Mi Orgullo: Costa Rica”, escogida por la FIFA en un concurso.
La llegada de la Tricolor también fue una alegría para los pocos ticos que habitan en esa región de Brasil, como Manuel Flores, quien vive ahí desde hace un año, pero no pudo ver a los futbolistas.
“Sé que sí podemos pasar”, dijo Flores en lo que esperaba que llegara el avión de sus compatriotas.