El martes, cuando Costa Rica logró su pase al Mundial de Brasil, Celso Borges Mora extendió la exitosa historia de un apellido que tiene 23 años en el sentir costarricense.
A sus 25 años, espigado y jugador del AIK de Suecia, Celso representa la continuación de un camino inciado en 1990, cuando su papá, Alexandre Borges Guimaraes, dio el pase que Hernán Medford convirtió en gol ante Thomas Ravelli.
En aquel momento, a los dos años, el pequeño Celso apenas entendía la grandeza del cabezazo con que su padre encendió la velocidad de Medford; mas hoy, enfudando en la camiseta tricolor, ya vivió en carne propia lo que es clasificarse a esta justa.
Tras la presentación en el verano italiano, donde los patrios accedieron a la segunda ronda, Guima estuvo en los mundiales Corea y Japón 2002 y Alemania 2006 como técnico.
Cuatro años después, en Sudáfrica, fue como visor de la FIFA.
Dicho historial le hace valorar aún más la gesta de su hijo menor, quien a los 19 años salió del Saprissa rumbo al Fredrikstad noruego.
“Toda la familia está muy contenta por él (Celso); su hermano Mauro), su mamá(Lina), los primos y lógicamente yo, porque sé lo que significa, sé la lucha que ha tenido para llegar”, expresó Guima.
Orgulloso de su vástago, el entrenador destaca los pasos que este ha dado para ser titular en la Sele .
“Celso salió muy temprano del país, creo que ha tomado las decisiones adecuadas en el momento correcto. No puede haber comparación entre él y yo como futbolistas, él me ha superado en todo, a sus 25 años tiene más de 50 partidos (53) con la Selección y ya juega en el extranjero.
“Como le dije, todos en la familia estamos absolutamente contentos porque sabemos lo que ha tenido que hacer para lograr ese primer sueño”, añadió.
Recién levantado, por la diferencia horaria –vive en China, donde dirige al Tianjin Teda, el estratega expresó que la actual selección vive un proceso parecido al del 2002.
“En el 2001 había un grupo de muchachos que no habían podido clasificarse al Mundial del 98, y habían muchas ganas por demostrar. Este grupo de Jorge Luis (Pinto) es parecido porque presenta una base que se quedó con las ganas de ir a Sudáfrica”, indicó por teléfono.
Otra de las razones por las que el entrenador saca pecho, es al verse dentro del selecto de padres e hijos que participaron en Mundiales.
Fama temporal. Lejos de las luces y renombre que proveé el futbol, a Guima lo reconforta que el legado de su apellido tiene bases sólidas, porque su hijo nunca perdió de vista que el fútbol es temporal.
“Lo principal para nosotros como padres, y para su hemano (de 28 años) es saber que Celso tiene los pies muy bien puestos en la tierra, eso nos llena mucho más de satisfación que sus logros deportivos”.
El técnico ve similitudes entre Celso y él dentro de la cancha.
“Hay semejanzas por el tipo de posicionamiento, lectura de juego, pensar rápido y el gol; pero, si hacemos una comparación en la carreras él me va a sobrepasar”. Participó Harold Leandro, periodista.