Brasil tenía que ganar como fuera... y ganó

Brasil tenía que ganar como fuera en la inauguración de su mundial ante Croacia... ,y ganó.

La inexistente falta que el central japonés Yuichi Nishimura le sancionó al defensor croata Dejan Lovren al 70’, no solo premió el teatro de Fred en el área, sino que le tendió la mano a un anfitrión que empezaba a verse desesperado.

Impotente por un empate 1-1 que se alejaba demasiado de las aspiraciones de todo un país, la Canarinha se aprovechó de un pitazo injusto y alimentó la fea duda que siempre trae la localía para ponerse arriba en un partido en el que era mejor, pero que hasta ese entonces no había logrado encaminar por la senda que quería.

Fue una bofetada al Fair Play apenas en la primera parada de las 64 que traerá la luminaria cita, un señalamiento bochornoso para el entorno de una organización ya de por sí demasiado cuestionada.

Además, fue un empujón que le resta credibilidad a la Seleçao , un combinado del que se espera todo y más en su mundial y que ahora deberá luchar por demostrar que no necesita de esos errores para salir adelante.

Gris. Ayer, en el no tan colmado Arena Corinthians de São Paulo, Brasil no logró levantar los cimientos de su “hexa”, ese ambicioso objetivo que no solo precisaba del triunfo sino también de la autoridad.

Era la Croacia de Modric y Rakitic el rival indicado. Porque aparte de adornarse con los albores de la inauguración, los balcanícos son en la teoría el rival de más cartel en ese Grupo A que completan los cuadros de México y Camerún.

Si bien Rakitic no tuvo la noche que se le auguró, Modric sí intentó quitarle el balón a la Verdeamarela en el mediocampo.

Más arriba, el incansable Ivica Olic fue un dolor de cabeza para Dani Alves. Precisamente de esa banda izquierda salió el balón con el Marcelo abriría los números en la cita: la primera vez que un autogol se registrará como el tanto inicial de un mundial: 0-1 al 11’.

Faltaba la entrada en escena de Neymar. El astro brasileño, quien al 22’ “saludó” a Modric con un codazo que tenía tintes de roja, definió con clase al 29’. Fue un zurdazo desde fuera del área con más colocación que potencia, las dos en dosis necesarias para el júbilo.

Su segundo en la cuenta llegó con un fuerte remate desde el manchón de penal al 71’, un misil que por muy poco se le escapó al portero croata Stipe Pletikosa.

La sentencia la puso Oscar al 90’+1, el 3-1 que premió a quien junto a Neymar fue el mejor de la noche, los dos ajenos a un combinado que dejó dudas, incluso con el favor de un tal Yuichi Nishimura.