“Es una lotería y este año salí favorecido”, admite Andrés Gutiérrez, triatleta costarricense de 39 años y quien tiene una discapacidad en su brazo izquierdo.
Gutiérrez consiguió un cupo para participar en el afamado Campeonato Mundial de Ironman, la carrera más importante para triatletas de larga distancia.
Para el costarricense siempre fue un sueño asistir a Kona, Hawái (donde se realiza esta competencia), tanto antes como después del accidente que le cambió la forma de hacer deporte, en 2016.
En ese entonces se quebró siete costillas, la cabeza del húmero (hombro) se le partió en tres pedazos, el brazo en cuatro y perdió un músculo del manguito rotador. Pasó por varias cirugías y el brazo quedó con un 35% de su movilidad.
Meses antes del accidente había estado a un paso de clasificar al Mundial, pues culminó cuarto de su categoría en el Ironman de Cozumel, pero solo se entregaban tres cupos.
“No era el momento”, asegura Gutiérrez, quien rápidamente retornó a estas carreras, en junio de 2017, durante el primer Ironman 70.3 realizado en Costa Rica.
Nunca dudó de asistir a Kona, aunque bien sabía que la dificultad aumentó, porque nadar y manejar la bicicleta con un solo brazo es una clara desventaja respecto al resto de competidores.
Al mismo tiempo apuntó hacia la categoría de Ironman llamada Physically Challenged, la cual es abierta para personas con una “discapacidad visual médicamente verificada o una discapacidad física o neurológica verificada”.
“Empecé a mandar mi diagnóstico, videos y fotos para que me aprobaran entrar en esa categoría, y de ahí en adelante era participar por un espacio. Abren solo cinco campos a nivel mundial”, comentó.
Finalmente, la suerte lo acompañó para este 2021. El pasado 21 de mayo recibió el correo en el que le dieron a conocer la noticia.
“Cuando vi el correo se me llenaron los ojos de lágrimas, porque nunca dejé de soñar, nunca perdí la ilusión. A mí se me puede estar cayendo el mundo encima que pienso que algo positivo saldrá. Valió la pena todos esos años de espera, estuve casi cinco años enviando documentos para pegarme la rifa y casi tres para que me dieran pelota que me aprobaran como parte de esa categoría”.
Pero así como no perdía la fe de salir favorecido con el espacio, estaba dispuesto a entrar al Mundial “como fuera”.
“Si no lograba mediante el Physical Challenge iba a entrenar como fuera para meterme”, afirma. Otra de sus opciones era hacerlo también mediante “legacy”, programa al que pueden aspirar atletas que hayan completado 12 carreras de distancia completa. Sin embargo, eso le tomaría más tiempo.
Desde su accidente ha hecho dos Ironman completos, pero clasificar de “la forma tradicional era muy difícil”, porque en natación pierde 20 minutos y en ciclismo prácticamente una hora.
¿Qué cambia con esta categoría?
Gutiérrez podrá recibir ayuda al momento de las transiciones. Por ejemplo, para él es complicado quitarse el traje de nadar. En sus anteriores participaciones lo hizo “a cómo pudo”. Además, puede solicitar un kayak para acompañamiento, o incluso solicitar permiso para utilizar algún implemento.
Su meta está apuntada en el calendario para el próximo 9 de octubre.
Mientras se prepara, como requisito debe completar un Ironman 70.3 en agosto, el cual podrá realizar de forma virtual, en Costa Rica.
“A mí me dejaron hacerlo virtual, no sé si por la situación de covid-19, pero escribí que salir del país y luego ir a Kona representaba un gasto muy alto”.
A falta de cuatro meses, el sueño está más cerca que nunca.