Consciente de que en Costa Rica la topografía y el clima no ayudan a hacer un buen tiempo en maratón, Miguel Jara se prepara entre nueve meses y un año para correr fuera del país.
Chicago, en tres ocasiones, y Miami, una, son las carreras de 42,195 kilómetros que este periodista y empresario ya acumula en su hoja de vida.
Pese a que Jara realiza carreras de menor distancia en el país, a la hora de una maratón su blanco sale de las fronteras.
“El clima y la topografía son factores importantes para hacer un buen tiempo. Aunque mucha gente viaja para correr y hacer compras, en mi caso me gusta mejorar la marca”, dijo Jara, quien fue triatlonista.
Las palabras del corredor las secundó Oldemar Chavarría, quien este año realizará su maratón número 46 en el exterior.
“Acá tenemos dos problemas: la topografía de los valles y la temperatura de las costas. En Chicago, Boston, Nueva York y Toronto se corre a nivel del mar, pero con temperaturas abajo de 10 grados”, señaló Chavarría.
“Las muchas bajadas y columpios que tenemos acá lesionan, ya que cuando se baja muy rápido, en lugar de ser ventajoso, afecta”, añadió Chavarría, quien es un veterano médico ortopedista.
Poca demanda. Víctor López, quien organiza la Maratón de Tamarindo, expuso que en el país se hacen pocas maratones porque no hay muchos “interesados”.
“En Tamarindo llegan 4.000 personas a correr, pero solo 400 hacen la distancia de maratón, el resto se distribuye en 5, 10, 21 y 30”, manifestó el organizador.
“El costo de hacer una maratón es muy alto, creo que por eso no hay tantas acá, no creo que sea por la topografía”, añadió.
En lo que sí ayudan la altimetría y clima criollos es en la preparación para correr en otras latitudes, ya que las maratones más famosas del planeta se corren en lugares muy planos y frescos.