Saprissa prepara el clásico de vuelta de las semifinales con una extraña calma que hace rato no se vivía en Tibás.
El juego de ida no dejó ni lesiones ni sanciones qué lamentar para los morados, como tampoco dejó la carga anímica de una derrota o un empate.
Si bien la victoria pudo ser más generosa, lo cierto es que en el cuartel tibaseño todas las aristas invitan a pensar en la ilusión de una final, aun cuando la renta sea poca y el próximo choque en calidad de visita.
Por ejemplo, para esta semana están previstos los posibles regresos de Ariel Rodríguez y Yeltsin Tejeda, los dos en recuperación producto de problemas físicos que los apartaron de varios de los últimos compromisos de la S.
También volverá Kendall Waston, uno de los relevos más regulares del equipo y quien regresa tras dejar atrás una sanción.
Con ellos tres, a aquella planilla que llevó las palabras líder e invicto a la realidad saprissista en el inicio del Invierno solo le faltaría los delanteros Mynor Escoe y David Ramírez, víctimas ambos de lesiones algo más complejas.
Esa bonanza de piernas llega precisamente en el momento más oportuno, justo cuando perder es casi un sinónimo de vacaciones.
Diferente. La semana que hoy se iniciará para Saprissa es prácticamente la primera desde inicios de octubre que no vino acompañada por la noticia de otra baja.
Desde el 6 de octubre pasado, cuando los morados vencieron a la UCR en el estreno de su nueva gramilla, empezó también la seguidilla de lesiones, un problema que acompañó además el desplome en rendimiento del equipo.
Es también una de las pocas que no arrancó con un empate o una derrota, porque desde esa victoria ante los académicos los morados cosecharon solo cuatro triunfos, aparte de dos empates y cuatro derrotas.
Todo eso prepara una antesala casi inmejorable para un equipo que el próximo lunes se jugará todo en el Morera Soto, porque para la S alcanzar la final es apenas el primer paso a la meta de acabar con una sequía ya demasiado larga.
Podría ser también un consuelo a su afición, que sin duda agradecería el hecho de dejar en el camino al gran archirrival, pero para eso está claro que la parte mental es apenas un elemento más en la compleja fórmula del éxito.