Con apenas 11 años, Isabela Rodríguez se convirtió en la instructora más joven de la escuela de verano del Instituto Costarricense del Deporte (Icoder).
La niña compitió el año anterior en el campeonato nacional de cuadracross en la categoría de 80 centímetros cúbicos. Por esta razón, fue una de las encargadas de guiar a los niños de entre los 6 y 12 años que participaron en el proyecto realizado en La Sabana, en conjunto con la Federación Costarricense de Motores (Fecom).
Rodríguez confiesa que se divirtió, y al mismo tiempo fue una motivación enseñarle a lo niños los conceptos básicos del ‘cuadra’ y de la seguridad vial.
Dentro de lo que pudo transmitirle a los menores está el uso de los implementos y el respeto a las señales de tránsito.
“Es algo muy divertido. Además es una bonita oportunidad de ayudar a la gente. Normalmente son ocho vueltas al circuito. En las primeras vueltas van un poco nerviosos, con miedo, pero después toman confianza y le dan gas al cuadraciclo. Es más fácil", explicó Rodríguez.
La pequeña conductora confesó que hay niños que ponen atención a cada una de las recomendaciones, mientras que otros son más traviesos y distraídos, por lo que cuesta un poquito más, pues no hacen caso a las indicaciones.
En las cuatro clases, cada una de tres horas, asistieron un promedio de 40 niños. Se les dio un curso teórico y otro práctico en un cuadraciclo de 90 centímetros cúbicos.
Los niños debieron conducirlo hacia adelante y también dar marcha atrás.
José Rodríguez León, miembro de la Federación Costarricense de Motores (Fecom), explicó que estas clases son una vitrina esencial para proyectar nuevos talentos en el cuadracross y también una fórmula efectiva para que, desde niños, se formen como pilotos responsables.
“Ellos son los conductores del mañana, así que es importante que conozcan sobre seguridad vial. Le enseñamos a los chicos que no solo es montarse en un vehículo, sino también deben revisarlo y saber que todo está en orden. Les explicamos el uso del casco y demás indumentaria”, agregó Rodríguez.
El dirigente y excampeón nacional de cuadraciclos, cree que esta experiencia puede marcar la formación de los menores.
En la escuela de verano le brindaron lecciones a niños con alguna discapacidad física y a otros que sufrieron traumas con accidentes en el pasado.
El objetivo es que puedan perder el temor a los vehículos y, al mismo tiempo, aplicar herramientas de prevención.