Ekaterimburgo (AFP). La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y el presidente ruso, Dimitri Medvedev, comieron un congénere del célebre pulpo Paul, que “vaticinó” la derrota de Alemania contra España en el Mundial de Sudáfrica.
El viceprimer ministro ruso, Viktor Zubkov, sacó el asunto a colación hoy en un encuentro con Merkel en Ekaterimburgo (Urales, centro de Rusia), dando a entender que sin las “predicciones” de Paul, Alemania se habría impuesto a la Roja en la semifinal.
“Por supuesto, si no hubiera sido por Paul –ya saben de quién hablo, del pulpo Paul– todo habría sido normal”, dijo Zubkov, en declaraciones transmitidas por la televisión rusa.
“Ayer (miércoles) nos comimos a un congénere suyo en el restaurante”, añadió Medvedev, diciendo que un gran número de responsables rusos apoyó a Alemania en el Mundial de futbol, que España ganó el domingo pasado por primera vez en su historia, al derrotar a Holanda.
Durante la Copa del Mundo, Paul, que vive en el acuario de Oberhausen (oeste de Alemania), hacía sus “pronósticos”, haciéndose con la comida situada en una caja de plexiglás etiquetada con la bandera del equipo ganador.
De esta manera, el pulpo predijo correctamente todos los resultados de la selección alemana, incluida su sorprendente derrota en la fase inicial contra Serbia, y la victoria de España en la final contra Holanda.
En España, el pulpo Paul se convirtió en un símbolo tras el triunfo de la selección. Andrés Iniesta, autor del gol de la victoria contra Holanda, llevó un pulpo de plástico el lunes por la noche en las calles de Madrid.
Y el municipio gallego O Carballiño, donde cada año se celebra la Fiesta del Pulpo en agosto, ya concedió el título de “Hijo predilecto” al cefalópodo.