La línea entre el amor y odio es mucho más delgada en el plano futbolístico, sino que lo diga el volante brasileño Felipe Melo, que ayer tuvo dos tiempos de contraste.
Probablemente en estos momentos ya nadie se acuerde del medio gol que le puso a Robinho en la primera parte o de su buena labor tras recuperarse de una lesión en el tobillo izquierdo ante Portugal.
Si algo se recordará de Felipe Melo, es su terrible actuación en el complemento, que le ha generado el repudio de todos los brasileños.
Al 53’, Melo no se entendió con su portero Julio César y peinó un balón que terminó en su arco.
El empate significó el repunte de los holandeses, que con el “regalo” le dieron la vuelta al marcador.
Cuando Brasil luchaba contra marea, Melo se hizo expulsar por un claro pisotón a Arjen Robben cuando estaba caído y prácticamente selló la suerte de su equipo.
Pese a todos los incidentes, el volante brasileño rechazó su responsabilidad en la eliminación de los pentacampeones mundiales.
“Brasil no perdió a raíz de mi entrada, sino por nuestro fracaso colectivo”, sostuvo el brasileño.
“Estoy acá para ayudar, no para perjudicar al equipo. Sé que tengo que moderarme. Hay momentos en los que las faltas son inevitables”, añadió el jugador de la Juventus.
Durante la temporada con la Juve, Melo cosechó un total de 13 amarillas y dos tarjetas rojas en 29 partidos disputados en Italia. Se uso información de AP y DPA.