A sus 69 años y tras una vida dedicada al ciclismo, falleció el domingo el empresario José Antonio Herrero, quien fundó en 1979 el equipo de ciclismo Tienda El Globo.
Herrero, un hombre de fuerte temperamento, posiciones francas y visionario en el mundo de los pedales, murió en su casa de habitación, dejando un legado que perdurará entre los amantes del ciclismo.
José Antonio, animado por el corredor Carlos Alvarado (qdDg) y el periodista Parmenio Medina Pérez (QdDg), dio el primer paso para el financiamiento del equipo, cuyas bases continúan solidas aún con el nombre de Nestlé 7C y que actualmente dirige Yurandir Leandro.
Herrero fue presidente de la Federación Costarricense de Ciclismo (Fecoci) y presidente del Comité Organizador de la Vuelta a Costa Rica, así como un exitoso empresario.
Sin saber prácticamente nada del ciclismo, poco a poco empezó a tomar experiencia de grandes conocedores como el colombiano Marco Antonio Conejo Robelo. Por las filas de su equipo pasaron destacadas figuras como Alvarado, Rigoberto Zúñiga, Carlos Bermúdez, Juan de Dios Castillo, Adrián Víquez y Juan Carlos Rojas, entre otros.
En la década de los 80 fue el primer y único empresario en llevar un equipo de ciclismo a competir en Europa, participando en competencias en el Tour del Porvenir en Francia y en carreras en Italia.
Steven Mora, periodista especializado en ciclismo y director de la página Crciclismo.com, confesó que a Herrero se le debe ver como un punto y aparte, así como uno de los patriarcas del ciclismo tico.
“Su aporte fue global. Fue capaz de mantener a su amado equipo por 40 años. Entendió en la década de los 80 que para sobrevivir debía buscar patrocinadores para su equipo, Asociación Tienda El Globo, que él había fundado y que se transformó con los años llevando nombre como Dos Pinos, Junta de Protección y hoy en día Nestlé, pero siendo la misma asociación, gracias al aporte de sus hijos Óscar y José Antonio, quienes continuaron con su legado”, afirmó Mora.
El comunicador explicó que una de sus grandes decisiones como presidente del Comité Organizador de la Vuelta a Costa Rica fue pasar las ediciones de 1991 y 1992 al mes de setiembre, en lugar del tradicional diciembre, con el fin de hacerla más competitiva y que los extranjeros no llegaran fuera de forma al giro a la tica. Sin embargo, pocos en aquel momento entendieron sus intenciones y su lucha por tener una competencia de mayor nivel.