El Santos de Guápiles estuvo muy lejos de su mejor versión, esa que ha recibido tantos elogios en el fútbol local, y vivió un amargo debut en la Liga de Campeones de Concacaf ante el campeón de la MLS, el New York City, el cual lo venció 0-2 en el juego de ida de los octavos en el Estadio Nacional.
Para los ticos incluso fue difícil ser un equipo con capacidad de inquietar a los visitantes, quienes tan solo perdieron el control de la pelota cuando sufrieron la expulsión de Santiago Rodríguez en el minuto 69. Sin embargo para ese momento el daño ya estaba hecho y las intenciones del Santos no eran lo suficientemente buenas como para pensar en un descuento que finalmente nunca llegó.
Para los guapileños el juego fue más de sobreviviencia y evitar un marcador más abultado del que ya significaban dos tantos en contra estando en casa. Del otro lado estaba la ofensiva, difusa, sin ideas, tanto que costó ver un balón bien dirigido en el área de los estadounidenses.
Las figuras del Santos fueron el portero Kevin Ruiz -acertado en varias acciones- y el volante Douglas López, quien intentó darle forma a su equipo cuando quería ir al ataque, pero también le tocó correr por todo el terreno de juego para cubrir los espacios guapileños.
La ilusión de competir no les alcanzó a los ticos, y su primer contacto con el torneo regional más importante se convirtió en un duro aprendizaje. El técnico Erick Rodríguez deseaba que la fortaleza del Santos fuera la parte colectiva, más allá de las figuras, sobre todo porque perdió a varias importantes, como Luis Paradela y Javon East.
No podría decirse que esas ausencias marcaron gran diferencia. Fue precisamente como equipo donde el Santos nunca pudo fortalecerse, le costó tener el balón y desde los primeros minutos lo cedió al visitante.
En el minuto 5 el New York City ya tenía la oportunidad de imponer sus condiciones, con un penal a favor que cobró el argentino Valentín Castellanos. El joven de 23 años fue un dolor de cabeza para los costarricenses y aunque Kevin Ruiz adivinó su remate, le fue imposible detenerlo.
Durante la primera mitad el Santos solo atinó a perseguir la pelota, de un lado a otro, y cuando finalmente la tenía, permanecía muy poco en su poder. Solo un remate de Douglas López desde lejos sacó del confort a los neoyorquinos.
Después hubo otros sustos para los de casa. En el 21′ un balón pegó dos veces en el palo y ocho minutos más tarde Castellanos aprovechó la dificultad de la zaga santista para rechazar una pelota que parecía sencilla y finalmente se convirtió en el 2-0.
Entre fortuna (el poste) y aciertos (Kevin Ruiz), el Santos evitó un debut con más amarguras.