Los goles de Marco Ureña, los paradones de Keylor Navas, las cartas escondidas bajo la manga por Óscar Ramírez, la victoria esperada 32 años en casa de Estados Unidos, el llenazo ante México, el orgullo tico y la arremetida para impedir la victoria azteca en La Sabana y el punto pendiente para sellar el boleto a Rusia 2018 enviaron el primer gran traspié de Wálter Centeno como técnico al archivo, a la indiferencia de los creadores de “memes”, a las noticias de ayer en periódicos, noticieros y programas de radio.
No me refiero al escandaloso 6 a 1 recibido por Grecia en el Saprissa, sino a las declaraciones del técnico en la conferencia de prensa, tras un partido jugado entre domingo (80 minutos) y lunes (10 minutos), con la falsa alarma de bomba de por medio y la consecuente evacuación del estadio.
Expectante, esperé las declaraciones de Centeno, ese novato –como le llama Medford– que ha animado el campeonato con su propuesta, quizás un poco radical, aunque muy atractiva, con posibilidades de golear o salir goleado –según él mismo admite–.
Una vez jugados los diez minutos pendientes, en los que, como era de suponer, no pasó nada excepto la confirmación del 6 a 1 y una expulsión griega, el Paté aseguró que en ese cierre de partido sus jugadores se dieron cuenta de que si son aplicados y tienen paciencia con el balón, el partido se torna a su favor.
Un exjugador con la experiencia de Centeno sabe cuán intrascendentes podían haber resultado esos diez minutos y entiende cuán desatinado suena un análisis de juego a partir de ese cierre casi de trámite.
Al día siguiente jugó Costa Rica y Wálter Centeno siguió trabajando con el que sin duda será el equipo revelación de la temporada. Algún día, posiblemente él también llegue a ser un gran timonel, quizás en Saprissa, por qué no en la Sele . Algún día entenderá que reventar la pelota es compatible con el buen fútbol (hasta el Real Madrid lo hace en caso necesario) y que los diez minutos finales de un 6 a 1 tan solo sirven para echar mano a la sensatez rumbo a la conferencia de prensa.
Se graduó en la UCR, debutó en la revista Triunfo, hizo carrera en Al Día y hoy, con 30 años de periodismo, vive el partido de pie, al lado de la línea, como estratega de la sección deportiva de La Nación. A veces desearía entrar al campo como en los tiempos del Mundial Corea-Japón 2002 o los Olímpicos Londres 2012, pero lo suyo es hoy el banquillo
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