La Selección de Costa Rica Sub-23 tuvo una caótica presentación en el Preolímpico de Concacaf y pese a que la ilusión era alta en la previa, un cúmulo de errores se trajo abajo todo en tan solo dos partidos.
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La Nación recurrió al técnico Johnny Chaves, quien cuenta con amplia experiencia en la formación de jugadores y en la Primera División. En conjunto con Chaves se detectaron siete grandes pecados que derivaron en el fracaso de una generación que cuenta con mucho talento.
Los siete factores son: la mala conformación del plantel que fue convocado, fallos en la propuesta y los planes de los juego para enfrentar a Estados Unidos (derrota 1 a 0) y México (caída 3 a 0). Así mismo, se dieron elecciones inadecuadas de las alineaciones, no hubo una buena lectura para replantear partidos, tampoco se aprendió de los errores para evolucionar de un duelo a otro.
Además, no se puede dejar de lado el bajo rendimiento de figuras importantes y se presentó un llamado poco productivo que pesa en el manejo del grupo.
A continuación se profundiza en cada aspecto con la ayuda del analista:
- Carencias en la convocatoria
Dentro de la elección de su línea de juego, Douglas Sequeira mantuvo el esquema que le gusta, el 1-4-3-3, y consideró que había suficiente gente para jugar con este sistema, pero al tomar la decisión final de los convocados faltó equilibrio en la distribución de los puestos. Es decir, hay muchos futbolistas por las bandas, pero prácticamente nada en la creatividad. Se pudo haber prescindido de alguno de los extremos, para tener a un futbolista más armador y lanzador, como Cristopher Núñez.
Al tener solo 20 cupos, la convocatoria la visualizaba así: tres tienen que ser porteros, se eligen dos laterales izquierdos, dos derechos y tres centrales; con lo que se tienen 10 cupos llenos. A ellos se suman dos volantes por derecha, dos por izquierda y dos centros delanteros. Hasta acá, quedan cuatro campos y se pueden escoger dos contenciones, un mixto y un creativo; también tres contenciones y un “10″.
Más allá de que Douglas pensara en Núñez como titular o no, era un recurso con el que podía contar en situaciones como las que se presentaron. El armador lo tenían y no lo llevaron, que era Núñez, pero ojo que también descartaron a Suhander Zúñiga, quien puede jugar varios puestos. Con la gente que se quedó había muchas posibilidades, pero igual la pregunta es: ¿quién en el plantel que se llevó podía hacer lo de Núñez?
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- Fallos en el planteamiento de juegos
Contra Estados Unidos de entrada se fue conservador, se apostó a la contra, pero después de cierto tiempo había que darse cuenta que el rival no era tan fuerte. Igualmente, frente a México, Douglas fue muy pretencioso al jugar abierto, eligió un estilo con un punta y ataque a los espacios, pero un factor clave fue que no se tenía a alguien que enviara los pases a Alonso Martínez, porque no había un lanzador. Los planes de juego no funcionaron.
Había muchos jugadores de las mismas características, como Martínez, Rándall Leal, Gerson Torres, Luiz Díaz y el mismo Marvin Loría. Puso a todos juntos y no funcionaron, pero había que elegir a los dos mejores por la banda, definir cómo se acompañaba al delantero para que no quedara tan aislado y al final el plan se llenó de contradicciones. Quería gente rápida, ganar balones y lanzar, aunque no había un armador y por ende se condujo de más al tener la pelota, se perdió fácil y no contó con la contrapresión mexicana. Por poner a todos de las mismas cualidades se sacrificó el funcionamiento del equipo.
- Elección inadecuada de alineaciones
Hay factores que incidieron claramente para que ciertos futbolistas no mostraran su mejor nivel y no se les puede achacar todo a ellos. Si se les ubicó en posiciones en las que no son eficientes, es una realidad que les iba a afectar, más aún en partidos de alto nivel, como estos del Preolímpico.
Vimos muy por debajo del nivel a Rándall Leal, Marvin Loría, Luis Díaz y Alonso Martínez. Con ellos se evidenciaron serios problemas para pesar individual y colectivamente. Esto porque se sabe que el fuerte de Leal es en el costado, arrancando de izquierda hacia el centro y no en el medio del campo, mientras que Díaz es fuerte por la derecha y Loría se pierde tan atrás, no es un mixto. Lo de Martínez es otro reflejo claro, él es fuerte al espacio y por la banda, no como un “9″ en solitario y de espaldas al arco.
- Mala lectura para replantear partidos
Evidentemente se dieron fallos, porque nada funcionó y los resultados son claros, al punto que no se ha anotado un gol y se han recibido cuatro. Por ejemplo, contra México se debió empezar con dos contenciones y un 10, o con un hombre detrás de Alonso Martínez y con esto, estar más cerrados. Mientras que con Estados Unidos era a la inversa, arriesgando más.
Ya en los partidos, los movimientos que hizo Douglas no dieron frutos o llegaron tarde. Ante los aztecas Jurguens Montenegro entró por el centro del ataque, luego al costado y Manfred Ugalde ingresó luego para ubicarse solo en punta, cuando daba para utilizar a estos dos delanteros juntos, tomando en cuenta que se estaba quedado eliminado. Nunca quiso cambiar el sistema, se mantuvo fiel al 1-4-3-3 y esto lo traicionó.
Incluso, en el duelo contra Estados Unidos se hizo un buen segundo tiempo, pero este ajuste fue tardío, tantos los cambios, como la disposición en cancha.
- No se aprendió de los errores
El gol de Estados Unidos es casi calcado al primer gol de México. Frente a los aztecas se esperaba ver a la misma Selección de Costa Rica del segundo tiempo ante los estadounidenses, porque en ese lapso la versión de los ticos manejó el choque, generó opciones y fue por el portero rival que no se llegó a más.
Sin embargo, no hubo esa continuidad y ese crecimiento de un partido al otro. Por el contrario, se presentó un retroceso contra los mexicanos. Contra los norteamericanos Luis Díaz terminó en la derecha y frente al Tri empezó de nuevo por la izquierda, mientras que Alonso Martínez pasó a ser el “9″ de un partido al otro. Sí se vieron cosas buenas en un segundo tiempo en el debut, había que mantenerlas y aprender de ellas, pero se cambió radicalmente el ataque y creo que lo único que funcionó fue la incursión de Alexis Gamboa.
- Bajo rendimiento de figuras
Partiendo de que a algunos futbolistas se les ubicó en posiciones en las que no son eficientes, igual se esperaba más de ciertas figuras. Yurguin Román e Ian Smith estuvieron por debajo de lo esperado, había expectativas altas con Marvin Loría, pese a que no lo pusieron donde es fuerte, y también de Manfred Ugalde, quien en el primer partido terminó jugando muy largo del arco porque no le daban juego. Acá también sumo a Fernán Faerron, que en el primer choque anduvo muy mal y cometiendo muchas faltas innecesarias.
Hay que ver la parte del futbolista, porque se pretendía que ciertas piezas asumieran un liderazgo y una cuota importante de rendimiento y se quedaron cortos.
- Llamado poco productivo
La elección inicial del portero Patrick Sequeira estuvo bien, pero en el momento que se dio a conocer que iba a llegar el mismo día del segundo juego, era mejor no llevarlo. Él está haciendo un buen trabajo en España, asumo que le dieron un seguimiento y podía ser importante. Sin embargo, al saber que no lo iban a prestar hasta el segundo compromiso, era mejor descartarlo y demostrar esa jerarquía. Es un puesto clave, llegó sobra la hora y nadie lo iba a poner, porque no había entrenado y no conocía la idea. No es que Kevin Chamorro cometiera errores, es un tema más de manejo en el grupo.