Si el pequeño David se hubiese conformado con provocarle solo un mal rato a Goliat, su hazaña jamás habría sido escrita en los salmos del Antiguo Testamento.
Valgan atrevimiento y símil para explicar que la propuesta futbolística de Limón ante Alajuelense, le sirvió únicamente para inquietar por un corto lapso de 45 minutos al tricampeón nacional.
Con la guía de Kurt Bernard, el trabajo de César González, Dave Myrie y Andrey Francis, los limonenses se multiplicaron para cortar los circuitos de gestación rojinegra en la franja de mediocampo. Y lo consiguieron parcialmente, dado que los erizos no anotaron en en los 45’. No obstante, la Liga siempre creó peligro por los costados.
En los flancos manudos destacaron José Salvatierra por la derecha, y Cristopher Meneses por la izquierda, sin olvidar la jerarquía de Luis Miguel Valle en la cintura, la picardía de Diego Calvo y el taconear insinuante de Alejandro Alpízar, virtudes que les depararían réditos en el segundo tiempo.
Las líneas del libreto de Sosa eran claras en lo que se refiere a contener al adversario y en complicarle el toma y dame.
Pero había carencia casi total en la fase de definición, tanta limitación que Patrick Pemberton no sufrió apuros en la inicial y, a la postre, tampoco en el complemento.
La Liga abrió el primer boquete en la portería de Dexter Lewis, a un minuto del reinicio (46’).
Fue Alejandro Alpízar quien culminó un magnífico desplazamiento por el ala izquierda de Cristopher Meneses. Centro de altura. Devolución de Salvatierra... ¡Alpízar a la red! Uno a cero.
La segunda concreción obedeció a un nuevo y fructífero avance de Cristopher Meneses.
Luego de aventajar a sus celadores, Meneses se perfiló de la izquierda al centro, pase a Cristian Oviedo. ¡Zurdazo, golazo y sentencia!