La noche lluviosa del 10 de mayo del 2014 cambió la carrera del atacante de Alajuelense Jonathan McDonald.
El futbolista disputaba la final del Torneo de Verano 2014 ante Saprissa. Los equipos llegaron a La Cueva con un 0-0; no había más allá, ese sábado habría campeón.
El duelo arrancó intenso, la grama sintética mojada hacía un juego con más fricción que de costumbre. Minutos antes de la expulsión, el atacante ya le había cometido una fuerte falta a Heiner Mora, pero el silbatero Jeffrey Solís no lo amonestó.
Al minuto 12 con 47 segundos, McDonald protagonizó la jugada que le cambió su carrera. Una falta al volante morado David Guzmán hizo que Solís no lo pensara dos veces para mostrarle la cartulina roja.
El artillero rojinegro extendió de más su brazo derecho y conectó la cabeza de Guzmán, algo que el réferi no pasó por alto.
Al ver la expulsión, la reacción del técnico Óscar Ramírez lo dijo todo. A pesar de la llovizna se quitó el gorro de la cabeza y pegó un grito.Al Mac le costó asimilar que estaba fuera del partido, que solo seguirían 10 de sus compañeros dentro de la cancha.
El erizo duró más de dos minutos para salir del terreno de juego; en ese camino cruzó unas palabras con el entonces mediocampista de la S Manfred Russell, a quien le trató de explicar la jugada.
Antes de retirarse hacia el camerino visitante, McDonald recibió el apoyo de sus compañeros Patrick Pemberton, Kenner Gutiérrez y Elías Palma, quien le dijo unas palabras de apoyo, pero poco podían calar en un delantero que se marchó herido.
Luego de esa acción la carrera futbolística de McDonald dio un giro y está más tiempo de lo acostumbrado en el ojo del huracán.