El sello del timonel de Estados Unidos, Bruce Arena, sigue siendo el mismo desde hace nueve años, cuando dirigió por primera vez a los norteamericanos, disputó dos mundiales y logró el mejor puesto en la historia de su país, en la cita de Alemania 2006. Así lo ve Rodrigo Kenton, entrenador y miembro de la Comisión Técnica de FIFA.
Al estratega tico le correspondió estudiar a fondo al rival de la Tricolor de este viernes (4:55 p. m.) durante la pasada Copa Oro.
Kenton destaca la capacidad de Arena para retomar los conceptos de contragolpe que tantos réditos le dieron en el pasado, esta vez con un cambio en el hombre que guía las transiciones: Christian Pulisic por Landon Donovan.
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Dentro del análisis de Kenton destaca una realidad, de sumo cuidado para los intereses de la Mayor: Cuando lo atacan decide replegarse y, al recuperar el balón, convierte su sistema tradicional 4-4-2 en un 4-1-5.
Es decir, se aprovecha de la velocidad y dinámica de sus futbolistas para sumar cinco hombres a la ofensiva en lugar de los dos atacantes naturales que suele alinear habitualmente. Este ejercicio táctico es casi mecánico y conlleva mucha precisión de parte de los volantes, sobre todo cuando se acercan al área contraria.
"Arena le mete a todos sus rivales esa transición defensa-ataque en la que destaca la explosividad. Cuando juega con cuatro o cinco hombres arriba, sus posibilidades de anotación se multiplican", explicó Kenton.
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Landon Donovan asumía un papel fundamental para distribuir la pelota de manera correcta, cuando sus compañeros corrían a toda velocidad en busca de los espacios y con el objetivo de tomar mal parada a la zaga contraria.
Ante la ausencia de quien fue la gran figura norteamericana, aparece Pulisic, el volante del Borussia Dortmund que combina habilidad con el trazo fino de la pelota, un aspecto fundamental en la propuesta de Arena.
"Con Donovan siempre fue muy exitoso este sistema. Llegaban atacando y tomaban a la defensa mal parada. Ahora le toca a Pulisic cumplir esta función", recalcó Kenton.
Este sistema se complementa con el modelo tradicional de 4-4-2, en el que planta dos recuperadores y dos volantes abiertos por los costados para controlar los movimientos del contrario.
Kenton cree que Arena no va a cambiar su fórmula ante Costa Rica. Le dio resultados en el anterior proceso y ahora mantiene la esencia en la presente eliminatoria. Desde que llegó al equipo de Las Barras y las Estrellas, viene de menos a más en su rendimiento y actualmente es tercero de la ruta mundialista.
Además de la capacidad de incorporar un número amplio de hombres a la ofensiva, también le gusta contrarrestar los embates rivales con un equipo que se agrupa y mantiene el bloque firme atrás, en donde el equilibrio en el mediocampo es el volante Michael Bradley, fundamental en la marca pero con capacidad para pisar el área.
Las rotaciones también son constantes en el último cuarto de cancha para no volverse predecible. Suelen aparecer Nagbe, Arriola, Altidore, Arroyo o Morris, y frente a Costa Rica es probable que se incorpore Pulisic.
Clint Dempsey es otra arma en el esquema. El veterano ha sido titular, pero también puede ingresar de cambio y jugar un papel determinante, como ante Costa Rica en la pasada Copa Oro.
¿Cómo se contrarresta? Para contrarrestar la transición defensa-ataque de Estados Unidos, Kenton considera que Óscar Ramírez podría utilizar tres variables: Presionar la salida para no dejarlos jugar, tener buena lectura para anticipar las transiciones defensa-ataque, así como las combinaciones en el mediocampo.
No hay una ciencia exacta, pero evidentemente hay variables tácticas que pueden favorecerle a la Nacional. Por ejemplo, en el último duelo ante Estados Unidos la coordinación del bloque tico fue fundamental para cerrar espacios y limitar las triangulaciones y el juego rápido de los gringos.