Problemas de formación en los jugadores de las selecciones menores atentaron en los resultados deportivos en las recientes eliminatorias al Mundial de la FIFA.
También políticas erradas, emanadas del seno de la Fedefutbol , perjudican el rendimiento de los equipos, según coincidieron expertos y técnicos de los procesos anteriores en la Sub-17 y la Sub-20 masculinas.
Adrián Gutiérrez, jerarca de la Comisión de Selecciones de la Fedefutbol, opinó que el sinsabor de los malos resultados lo atribuyó a un estancamiento y retroceso de las selecciones, con respecto a otros países. “Se requiere un modelo de cambio”, dijo el director.
Jafet Soto, exseleccionado juvenil en Qatar 1995 y que dirigió el último fallido resultado de la Sub-20 durante el Premundial de Puebla 2013, detalló que la mayoría del plantel, entre 50 y 60%, provino de hogares desintegrados.
“Aquí falla la formación del futbolista, donde los objetivos en un hogar desintegrado son individuales y no se cuenta a la familia. Algunos no han sacado el bachillerato. No solo son resultados en futbol”, subrayó quien dirigirá en el ciclo olímpico a Río 2016.
Agregó que se falló en la personalidad, el temple y el carácter, que “se aprende en la casa”.
Soto recordó que el problema viene del 2011, cuando la Selección que fue al Mundial de Colombia fue descalificada antes por El Salvador, al que se excluyó por problemas administrativos en la Uncaf.
Otras voces. A criterio de Gerardo Puro Ureña, técnico que dirigió en los Mundiales Sub-17 del 2003 y 2007, el error de los actuales procesos es que no se trabaja con los muchachos en la técnica individual.
“Hemos perdido técnica. Hay escasez de técnica individual y eso complica el orden táctico”, afirmó.
Rónald González, quien llevó a Costa Rica al cuarto lugar del Mundial Juvenil en Egipto 2009 y avanzó a la segunda ronda en Colombia 2011, valoró estas dificultades.
“Yo he estado como entrenador de la Sub-20 y no es nada fácil dirigir en ligas menores. La parte directiva hace un esfuerzo grande, pero no alcanza. Igual los jugadores hacen esfuerzos, pero a veces hay mucha energía mal dirigida”, señaló.
Por su parte, Juan Diego Quesada, quien llevó a la Sub-17 masculina al Mundial 2001 y a la Sub-17 femenina al Mundial 2008, se impone un diagnóstico y un establecimiento de nuevas metas desde que fracasó la Infantil del 2011, que dirigió el estratega Luis Diego Arnáez.
“Cuando clasificamos a Trinidad y Tobago, en el 2001, realizamos cerca de 130 partidos de fogueo. En lo que se falla no es la generación de jugadores, sino en el reclutamiento de jugadores”, afirmó Quesada.