Limón. Agacharon sus cabezas, tal vez con la idea de ocultar alguna que otra lágrima que recorrían sus mejillas, sobre todo en los jugadores más jóvenes.
Los brumosos salieron en silencio, algunos querían desahogarse con los micrófonos y grabadoras de los periodistas que los acecharon, pero inmediatamente su técnico Johnny Chaves les impedió hablar y los metió de forma rápida al camerino.
No era para menos, tras un torneo bien sentado en las sillas de la clasificación, en una tarde todo se les iba por la borda.
Algunos, con un poco de calma, brindaron escuetamente sus impresiones del juego.
“Sabíamos que dependíamos de nosotros mismos, pero lamentablemente no pudimos concretar tras varias opciones durante todo el partido; nos faltó mucho arriba.
“Ya no hay nada que hacer. Alajuelense hizo lo suyo al igual que Herediano, el problema fue que nosotros no pudimos hacer lo nuestro”, dijo un abatido Pablo Brenes.
Mientras los jugadores hacían su ingreso al camerino, José Sánchez y Andrés Sanabria no se levantaban del banquillo, tal vez meditando sus errores.
“Toda la temporada, el equipo estuvo metido en zona de clasificación y al final se nos desbarató todo el trabajo que veníamos haciendo y no queda más que replantear muchas cosas”, explicó Sánchez.
En un silencio agobiante, donde una sonrisa era un lujo, los brumosos se retiraron del estadio.